Opinión

/ Paco Vedra

Cuatro Cosas

A ver si nos entendemos. Un amigo de avecilla, que lo oyó, le ha contado al pájaro que lady Ana comentó que el futuro de la organización “dependerá de los militantes”. Inteligente y hábil, no citó ni a la UPG ni a los llamados “coroneles”, pero se le entendió perfectamente. Y por lo que se sabe hasta ahora, cuando llegue el momento, la dama ganaría una consulta interna por muy amplia goleada. ¿O no?

Y es que, como suele decir Anacleto, hoy los tiempos cambian que es una barbaridad, pero los principios no tienen por qué. Los más básicos, los de siempre, se mantienen y como otros, cambia el orden de prioridades en función de las circunstancias. Y por lo que se va sabiendo, el nacionalismo gallego prefiere para lograr sus objetivos el método, que no la ideología, del PNV, en vez del de Junts: hay quien lo califica de puigdemoníaco. ¿Eh?

Entretanto, O Noso Presidente sigue meditando –se parece ya a Tomás de Aquino– no solo a qué conselleiros cambia sino a cuántos. En su momento dijo que no habría terremotos, pero tampoco extrañaría que se decidiese no ya por una reparación del motor, sino de cambiar el modelo de su equipo. En otras palabras, apostar por un vehículo casi nuevo. Lo que si parece seguro es que le han pedido gentes de su confianza que no se fije tanto en lo que pasa en Madrid y atienda con mayor atención a lo que algunos intrigan en las tierras altas. Uyuyuy...

Por lo que le cuentan a avecilla no debe descuidar tampoco las tierras bajas. Sobre todo en la zona suroeste, que se prepara para una remodelación –por las buenas o por las malas– de lo que hasta ahora ha sido el PP de Vigo y alrededores. Los resultados urbanos el 18-F en la ciudad más poblada de Galicia terminaron de convencer a algunos de sus militantes más destacados e históricos están convencidos de que para asumir los desafíos que vienen, hay que modificar las estructuras a fondo. ¿Capisci?