Opinión | Crónica Política

El vaciado

A veces da la impresión de que buena parte de los políticos españoles no acaban de entender que su misión no es desprestigiar el sistema democrático a fuerza de mentir, insultarse entre sí e inventar nuevas opciones para el estúpido e impresentable “y tú más, habitual cuando se descubren -o se inventan- casos de corrupción. Pero hay algo todavía peor, y es que, dedicados a la destrucción mutua, ni siquiera disimulan que lo demás no les interesa.

Ocurre que en el fragor de la batalla los protagonistas olvidan o ignoran casi todo aquello que tiene que ver con la realidad social. Por ejemplo: no hay, que se conozca, ningún. plan que remedie la amenaza de una catástrofe demográfica en la que Galicia tendrá daños ahora mismo incalculables. Y el introito viene a cuento de que, en ese marco, se plantea la reducción de líneas de transporte interurbano 26 de la cuales afectan a este Antiguo Reino. Eso, que es malo, puede ser peor: la reducción aumentará el proceso de vaciado del país.

Resulta curioso que el anuncio que afecta al transporte de viajeros se acompaña de cantidades supuestamente compensatorias. Las cifras no justifican el riesgo citado de hacer mayor aún a la Galicia vaciada. Y además en zonas ya especialmente “tocadas” por el abandono de sus habitantes: en su práctica totalidad pertenecen a la Galicia rural. Si a eso se añade, por ejemplo, la ausencia por retirada de muchas oficinas bancarias y otros servicios esenciales, el cuadro que viene no podría ser mucho más desalentador que la situación actual.

Insistir en todo ello no es una advertencia alarmista, pero si un aviso para que alguien haga algo que, si no remedia, al menos mitigue los daños. Dicho de otro modo llegó la hora, y hasta se ha desbordado, de que los gobiernos abandonen el silencio y hagan lo necesario para conjurar el peligro. El momento de hablar, de prometer, y de compromisos aparentes ya ha pasado, fue el tiempo electoral y ya casi ni se recuerda la prosa de los candidatos para tratar de convencer a la sociedad gallega en Febrero pasado.

Los observadores coinciden en que el vaciado poblacional puede evitarse. Pero para ello es urgente, además de aprovechar el tiempo, cambiar la conjugación de algunos verbos. Por ejemplo el que se refiere a “hacer” donde sobra el uso del futuro y se necesita emplear el pasado. O sea, en vez de “haré” utilizar el “hice” o al menos cambiar y hablar de “empecé”: Hay una razón elemental para el consejo si no se cumple, lo más seguro es que ninguno de los tiempos del verbo citado se podrá manejar porque nada ocurrirá de positivo