Opinión

El “periodista humano” y la inteligencia artificial

El periodismo es una profesión vocacional que exige una gran vocación, conocimientos, formación continuada y el sometimiento a un código deontológico estricto, que al menos engloba aspectos como el respeto a la verdad, investigación de los hechos, la mayor objetividad, contrastar los datos con varias fuentes fiables, diferenciar entre información y opinión, enfrentar las versiones sobre un hecho, transparencia, responsabilidad sobre la información, disposición a la rectificación, etc. Pero, además, y en esencia, somos seres humanos, no máquinas.

La reflexión nace de una expresión utilizada por un colega, director de un medio especializado, en su intervención en el VII Congreso de Editores Europa América Latina, celebrado esta semana entre Madrid y Bruselas, en el que durante una mesa dedicada a reflexionar sobre la irrupción de la inteligencia artificial en el mundo de los medios se refirió a los comunicadores, en dos ocasiones, como “periodistas humanos”.

El tema es serio, da para un tratado de filosofía, al menos para un ensayo denso. El porvenir se adentra ya en nuestro presente y está llamado a revisar todo el pasado de una industria esencial que empezó como hoja volandera y que como en un avión supersónico de papel nos ha transportado hacia los albores de una nueva incierta era, aún incipiente, plena de audacias imprevisibles de crecimiento exponencial.

En el Congreso de Prestomedia, se han dado cita 50 editores de 32 países del Viejo Continente y América adscritos a Editored, que agrupan audiencias estimadas en 450 millones de lectores consolidados. Han participado políticos europeos, rectores universitarios, empresarios, sociólogos, etc., que han puesto de relieve aquello que los seres racionales podemos aportar a la hora de analizar información de manera crítica, contextualizar eventos y contar historias, significando aspectos como la experiencia, la intuición y, muy en lo fundamental, la ética profesional, factores que contribuyen a la credibilidad y calidad del trabajo.

"La experiencia, la intuición y, muy en lo fundamental, la ética profesional contribuyen a la credibilidad y calidad del trabajo"

Según la IA, “la inteligencia artificial puede ser de gran ayuda para los periodistas en la recopilación y análisis de datos a gran escala, la automatización de tareas repetitivas, la identificación de patrones y tendencias, e incluso en la generación de contenidos básicos como informes financieros o noticias breves. Sin embargo, la IA carece de la empatía, la creatividad y el juicio ético que caracterizan al periodismo humano. Aunque puede procesar grandes cantidades de información en poco tiempo, la IA no puede replicar la habilidad de un periodista”.

En las conclusiones del Congreso que celebramos en 2017 en Bogotá, yo mismo concluí que un periodista nunca podrá ser un robot, y que un robot nunca podrá ser un periodista. Quizás pueda mantenerme en aquel criterio o deseo, pero he de reconocer que la inevitable colaboración entre periodistas humanos e IA puede resultar altamente beneficiosa en muchos órdenes, correctamente identificadas las aportaciones de humanos y máquinas. “La clave –me dice la IA– está en encontrar el equilibrio adecuado entre la tecnología y la humanidad, para seguir contando historias relevantes, impactantes y veraces en un mundo cada vez más digitalizado”.

No me imagino un congreso de máquinas ni tampoco una encuesta entre robots.

*Periodista. Director del VII Congreso de Editores Europa América Latina

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