Vigo gana con los Guns, ¿quién pierde?

El sector que agrupa a las empresas musicales, los fans de Guns N’ Roses y los vigueses en general no dan crédito al intento –por suerte, fallido– de reventar el concierto de la banda californiana en Vigo

Guns n'Roses demuestran en Madrid que la nostalgia del rock sigue llenando estadios

Guns n'Roses demuestran en Madrid que la nostalgia del rock sigue llenando estadios / Live Nation

J.C.

El sector que agrupa a las empresas musicales, los fans de Guns N’ Roses y los vigueses en general no dan crédito al intento –por suerte, fallido– de reventar el concierto de la banda californiana en Vigo. Una cancelación que a todas luces dañaría la reputación de la ciudad como sede de este tipo de eventos y la pondría en la lista negra de las grandes promotoras musicales nacionales e internacionales. Pero, ¿qué o quiénes se esconden detrás de esta maniobra?

El abogado que ha denunciado supuestas “irregularidades” en la tramitación del concurso lanzado por el Concello –que, hay que recordarlo, quedó desierto: el concierto de mañana lo financia íntegramente la promotora, Live Nation, sin un céntimo de dinero público– asegura actuar a título personal y en colaboración con “colectivos” vinculados al negocio musical cuya identidad no ha revelado. Incluso mantiene que llevará toda la información que ha ido recopilando a la Fiscalía para que actúe de oficio. Está en su derecho. Pero si defiende una causa justa y el interés público y su intención no es otra que evitar una tropelía con dinero de todos los vigueses, ¿qué hay de malo en revelar la identidad de esos colectivos genéricos a los que alude? Por desgracia, la historia nos ha enseñado que con frecuencia detrás de las grandes causas se esconden intereses mucho más mundanales.

En el mundillo de las empresas musicales lo tienen claro: sus acciones no son altruistas, hay una mano negra detrás cuya única intención era reventar el show –incluso le ponen nombre y apellidos, aunque no se atreven a pronunciarlos– y se apunta directamente a la lucha descarnada de una promotora para hacerse con el pastel musical de Vigo y comérselo ella sola. Por suerte, no habría triunfado la vendetta. Por suerte, mañana habrá concierto. Viva el rock & roll.