Un viaje raro

Hace relativamente pocos días que se frustró el viaje –esperanzador y suspendido, parece que sine die, por una “urgente necesidad imprevista de agenda” que no se especificó– del presidente de la Xunta a Bruselas y ya se anuncia una gira suramericana –a México, Panamá y Venezuela– que, en opinión de este ciudadano que escribe, suena “raro”. Y no por el motivo oficial, que es conectar con los Centros y Casas gallegas en esos países ni por el oficioso, que todo el mundo supone en vísperas de elecciones municipales, en que el censo de residentes en el exterior puede ser decisivo. Esos motivos aparte, nadie sabe qué le espera en Ciudad de México, Panamá. o Caracas.

La incógnita es obvia: aunque la agenda ofrece algún hueco, no parecen probables los contactos con López Obrador, Laurentino Cortizo o Nicolás Maduro. El primero y el tercero son dos de los más destacados referentes de la izquierda iberoamericana, y Cortizo es un populista con pocos o ningún parecido con el PP. De ahí la escasa perspectiva de que don Alfonso cuente con apoyo oficial en otro de los objetivos de la gira, que son, además de cosechar futuros votos, dialogar en favor de las empresas españolas en el continente y posibles inversiones en Galicia. Ninguno de los tres parece partidario de la economía liberal, ni está en condiciones de alcanzar el “Estado del bienestar”.

Aun así, hay margen para que la representación gallega no vuelva con las manos vacías. En México sobre todo –en Venezuela apenas comparte pobreza– una parte de los residentes emigrantes o sus familias tienen importantes inversiones y negocios en el país y, por tanto, eso significa cierta influencia que el presidente Rueda Valenzuela puede aprovechar. Siquiera para compensar las críticas que sin duda le surgirán desde su oposición, que “olvidará”, por ejemplo, los recientes desplazamientos de la Portavoz Nacional del BNG a América del Sur. Y es que en las circunstancias preelectorales que se viven, todos tienen frágil la memoria siempre les conviene. Así son las cosas.

En el fondo, la cuestión está en determinar, primero, hasta qué punto existe lo institucional o prima lo comercial y lo político-electoral. O dicho de otro modo, hay dudas sobre la utilidad de estas giras, que absolutamente todos los presidentes gallegos han realizado a las Américas, del mismo modo que la oposición respectiva en cada uno de ellos criticaba lo que haría después al cambiar las tornas, y viceversa. En ese sentido, el actual jefe del Ejecutivo autonómico sigue la tradición, aunque precisamente por eso es probable que no obtenga demasiado rédito del desplazamiento. A no ser, por supuesto, que dé la sorpresa y retorne con algún resultado concreto. Pero con papeliños.

(Conste que se califica de “raro” el viaje precisamente por la condición poco amistosa de López Obrador, que hace muy poco criticaba con dureza –e injusticia, en opinión personal– ante el silencio de la coalición gobernante en Madrid, seguramente porque está más cerca ideológicamente del presidente mexicano que de la realidad, con luces y sombras, de la colonización española en América y los Junípero Serra o fray Bartolomé de las Casas, aparte de las Leyes de Indias de los Reyes Católicos que protegían a la población indígena frente a la crueldad extrema de algunos y que salen vencedoras en las comparaciones con otros países colonialistas. Claro que para valorar hace falta un nivel que no todos los críticos alcanzan. Y es una pena.

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