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Mi experiencia en el IES A Sangriña

Me decido a escribirles para hablarles de mi experiencia y expresar mi disconformidad con la gestión del centro educativo donde he estudiado los últimos once años de mi vida. La demagogia la han inventado estos tiranos que convierten la enseñanza pública en una tortura. Debemos dudar y hacernos preguntas (como los presocráticos), luchar contra el interés que tiene el poder por atontarnos y que sepamos obedecer pero no pensar. Debemos también estar atentos a lo que pueda pasar porque estamos siendo formados por una panda de ineptos, incultos, sistemáticos manipuladores con un poder que se dan pero, que no se les otorga, y lo peor es que la gente se los cree. Yo me permito cuestionarlo. Son muchas las razones que puedo dar sobre mi disconformidad con la gestión del centro pero, hoy solo comentaré las más graves a mi parecer. ¿Es justo que, tras una discusión fuera del aula, la tutora me diga en clase que, como no voy a aprobar y me gusta la música, me vaya a pedir dinero a una estación de metro? También la misma persona ha cualificado con un “0” un examen de recuperación al que acudí (por cierto fuera del horario escolar), y, aunque por un fallo informático entregué fuera de hora (a la primera hora lectiva después del examen que se realizó fuera del horario) acusándome de haber modificado el examen posteriormente cuando, se trataba de un archivo informático donde aparece por defecto la última fecha de modificación, en el día y hora exactos de la realización del examen. Examen que, por alguna causa que desconocemos, hicimos todos los alumnos excepto uno, que, acudió ese mismo día al aula sin realizarlo porque lo había hecho él solo, el día antes, sin ningún tipo de justificación aparente. Este alumno acudió a una recuperación personal, tras haber abandonado de un portazo el primer examen sin haberlo siquiera entregado.

Por otro lado, el acoso continúa con un profesor que, a pesar de decirme a mí y a un compañero que el examen estaba aprobado debíamos ir igualmente a la recuperación porque nuestra actitud no era la correcta para aprobar. ¿Hablamos de actitud o de progreso y conocimientos? Ahí, ya entramos en otro tema, cuando otro docente nos explica en clase que, tenemos que ser “sometidos a la presión que ellos nos marcan porque así es la única manera de que resultemos productivos” que es la finalidad, presionar pero, no enseñar.

¿Qué van a enseñar unos individuos que se saltan las restricciones del gobierno en la entrada del instituto para fumar todos debajo de un mismo paraguas? También me encontré con docentes que permanecen ajenos a toda esta mafia, a los que sí que voy a mencionar, para vitorear su compromiso, su justicia y su dedicación: Carmen, Juan Antonio y Susana. Son tres héroes, tres docentes que ejercen su trabajo como deben, por vocación. Solo tres que no ceden a las órdenes de la líder de las injusticias, la señora que maneja desde su despacho todos los movimientos de aquellos ya mencionados funcionarios que siguen como devotos a una persona que cuando me matriculé en septiembre de 2020 para comenzar mis estudios de grado superior en administración y finanzas, (profesora que me conoce personalmente pero, nunca me ha dado clase e ignora mi actitud en el aula) me advirtió que no aprobaría con ella en el segundo año, porque “con ella así, no podía aprobar”, (nunca supe como es “así”) ahí debí suponer que no sería un año fácil, el sistema de este centro ejerció presión, y en este caso les funcionó. Ya somos dos que hemos abandonado en mi aula. Y muchos otros en otras materias. Son cientos de personas que me han preguntado por qué dejé de estudiar a mitad de curso, como decía Aristóteles: “la finalidad de la vida es la felicidad”... Pues, para ser feliz y liberarme de toda la opresión del sistema que malamente llevan a cabo una mayoría de individuos que están ahí por cobrar un sueldo y no por vocación. Los cuales no daré nombres porque todavía tengo educación pero a quienes por supuesto no respeto, ni respetaré ya, jamás.

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