Tampoco salió bien parada en 1964 la representación prevista en los Jardines de Vincenti, con el escenario sobre las escaleras de la Diputación en su fachada trasera y el público sentado en el paseo central y sus dos laterales.

El Teatro Español de Madrid iba a abrir la programación de aquel año con El sueño de una noche de verano, en homenaje a Shakespeare por la celebración del cuarto centenario de su nacimiento. En cuanto empezó su actuación, el respetable exteriorizó su enfado por la falta de visibilidad: el escenario estaba demasiado bajo y las primeras filas tapaban la perspectiva del resto del público. Por si eso fuera poco, enseguida surgió un fallo en la megafonía y entonces no quedó otro remedio que suspender la obra.

Al día siguiente, la representación ya pudo celebrarse con normalidad. Pero ese corrimiento de fecha provocó la suspensión de Los verdes campos del Edén, última obra programada por Festivales de España, puesto que la compañía no pudo prolongar otro día su estancia en Pontevedra. De cualquier forma, tampoco volvió a ofrecerse teatro al aire libre en aquel lugar.