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la mirada

Sin rival

| Oposición . "Dedico este título a los que nunca creyeron en nosotros", soltó Cristiano Ronaldo después de la última Eurocopa. "Dedico esta victoria a los que dijeron que soy demasiado viejo", proclamó Valentino Rossi, tras quedar tercero este año en Qatar. ¡Cuánto hacen los enemigos por las victorias de sus rivales! Tener un oponente, un adversario, un contrario ... sirve como revulsivo, estímulo o acicate para mejorar, para extremar la vigilancia y no cometer errores ... Un buen contrincante puede sacar lo mejor de ti, disparar tu adrenalina, obligarte a maximizar tus esfuerzos, a dar, no el 100%, si no el 200% de ti mismo, para no verte superado. A Alberto Núñez Feijóo, tras ocho años al frente de la Xunta y en su tercer mandato como presidente, le falta oponente, el acicate que le espolee y le mantenga en alerta. Compite contra sí mismo. Su éxito depende de su nivel de autoexigencia porque la oposición, ensimismada en sus respectivas crisis internas, sin saber cuál será su mañana, carece de tiempo para prestar atención al presidente, para fiscalizar todos sus pasos y decisiones, para buscarle las cosquillas, para no pasarle ni una, para cantarle las cuarenta si la pifia. Feijóo no siente la presión de que el número dos de clase pueda bordar el examen y le arrebate el podio, no se despierta con el temor de que le saquen los colores en el pleno del Parlamento o no vive la exigencia de tener que aguzar el ingenio para dar respuesta a un problema por si se le adelanta la competencia y el cliente prefiera su mercancía, y no la suya. Sin oposición al pie del cañón, Galicia pierde.

| En Marea . La oposición está para perfilar una alternativa pero también para fiscalizar y controlar la acción de Gobierno, sin embargo En Marea, la segunda fuerza del Parlamento autonómico, bastante tiene con caminar por sendas "tortuosas", inmersa en "contradicciones, conflictos y crisis". No lo apuntan los analistas, lo admitía el viernes la propia Yolanda Díaz, responsable de Esquerda Unida en Galicia. En Marea, "donde no sobra nadie", según su portavoz, Luís Villares, pero donde todos se llevan como el perro y el gato, hay que cerrar heridas, pero ahora mismo están en el diván del psiquiatra, intentando superar "traiciones", como la gritada a los cuatro vientos esta misma semana por Xosé Manuel Beiras, quien señalaba a Yolanda Díaz como culpable.

| Socialistas . ¿Y el PSdeG? Es un muñeco al que se le han agotado las pilas o un coche sin gasolina o un barco sin capitán. Está inmovilizado pendiente de la cita del 21 de mayo, cuando se celebrarán las primarias,y la militancia dirimirá a quien quiere confiar el rumbo del partido a nivel estatal. El dilema es entre Pedro Sánchez, el exsecretario general enfrentado al aparato, y Susana Díaz, la presidenta andaluza, aunque haya un tercero en discordia, el vasco Patxi López. En Galicia, el resultado de la consulta a las bases permitirá a los dirigentes de aquí pulsar el estado de ánimo de las bases del PSdeG, y animará a unos a dar la batalla por el control del aparato gallego o frenará sus ambiciones. Hasta que se celebre el congreso autonómico y se elija secretario xeral, allá por el verano, el PSdeG continuará en estado latente. Y está así desde hace trece meses. Cuando eche a andar, ¿pasará la ITV?

| Nacionalistas . Falta el BNG, la tercera pata de la oposición. Su condición de última fuerza y sus 7 escaños no le permiten optar a liderar la alternativa. Sus huestes están mermadas, tras sucesivas crisis y escisiones. Los esfuerzos se centran ahora en reconstruir "la casa común del nacionalismo".

| Censuras . "La moción de censura es un mecanismo parlamentario capaz de hacer visible que sí hay una alternativa a la podredumbre de unos gobernantes que sólo están logrando la berlusconización del Estado". Así defiende Carmen Santos, la líder de Podemos en Galicia, la decisión de su jefe de filas de firmar la primera moción de censura en el Congreso de los Diputados en los últimos treinta años. La razón para intentar tumbar el Gobierno de Rajoy, la corrupción, y la gota que ha colmado el vaso, la operación Lezo. PP y PSOE han reaccionado a la iniciativa de Pablo Iglesias calificándola de "circo" y "fuegos artificiales". ¡Cómo si las mociones de censura se presentaran para ser ganadas! ¡Cómo si populares y socialistas no hubiesen impulsado ellos mociones de censura, a sabiendas por anticipado de su segura derrota, solo con el objetivo de desgastar al partido en el poder y visualizar que hay una alteranativa! En España, en 1980 Felipe González presentó una moción de censura contra a Adolfo Suárez, y siete años después, Antonio Hernández Mancha, del PP, le hizo lo mismo a González.Los dos perdieron. En Galicia, Manuel Fraga, desde el bastión de sus sucesivas mayorías absolutas, hizo frente a tres mociones, la primera firmada por el BNG en 2001 a raíz de la crisis de las vacas locas, y en la que los nacionalistas no contaron con el apoyo del PSdeG, entonces tercera fuerza del hemiciclo gallego. Las otras dos se debatieron un año después, en 2002 y la causa era la crisis del Prestige, pero la oposición no actuó unida. El PSdeG impulsó una, y el Bloque, la suya. Claro que Podemos sabe que va a perder la votación, pero quiere tomar la iniciativa y dejar patente ante la opinión pública que PSOE, sobre todo, pero también Ciudadanos no están interesados en echar al actual inquilino de Moncloa, pero el partido morado debe presentar un candidato y un programa de Gobierno. Ahí asume el riesgo de que la sociedad también perciba que hay mucha oposición, pero no alternativa, y que Podemos está solo, y no es capaz de articular un proyecto que concite el apoyo de una mayoría suficiente para desbancar al PP. También asume el peligro de que muchos ciudadanos no entiendan porque los servidores de lo público se enzarzan en discusiones estériles que a nada conducen. Porque el día después de la moción de censura, el presidente seguirá siendo Ma riano Rajoy.

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