-Una charla de Fernando Souza Caride en la que se darán a conocer anécdotas de los veranos de Doña Emilia en la villa termal a partir de sus tres pasiones: la cocina, la moda y el amor.

La EMAO de Vigo continúa acercándonos a la historia del Balneario de Mondariz con el ciclo "La historia y sus personajes" que se desarrolla en 2023 y 2024 con motivo del 150 aniversario de la fundación del establecimiento termal. Este jueves, a las 19.00 horas, será el turno de una mujer que convirtió la villa termal en su lugar de recreo y al que convirtió en todo un destino de moda.

Hablamos Emilia Pardo Bazán, que por la amistad que le unía a Enrique Peinador, "campo a sus anchas" por el balneario a donde invitada a sus amigos y compañeros a modo de pandilla estival. El técnico de Turismo y muy relacionado con la villa termal pontevedresa, Fernando Souza Caride, será el encargado de desvelar varios de sus secretos a partir de sus tres pasiones: la cocina, la moda y el amor.

Cuidados de cuerpo y mente

La relación de Emilia Pardo Bazán con Mondariz empezó en 1880, cuando, según afirma la escritora, una afección del hígado le llevó a pasar una temporada en Vichy, "habiendo de atravesar, para tal objeto, toda España y toda Francia", experiencia de la que surge su segunda novela, Un viaje de novios (1881). A partir de ahí, la escritora descubre Mondariz, establecimiento que visita con mayor asiduidad. Las aguas del Balneario de Mondariz, bicarbonatadas sódicas y de alta alcalinidad, eran apropiadas para tratar, entre otras enfermedades, la "diabetes sacarina", enfermedad que padeció la escritora y que precipitaría su muerte en 1921. Es, precisamente, el tratamiento de esta dolencia lo que lleva al protagonista de su tercera novela, El cisne de Vilamorta (1884), a visitar un balneario. En esta obra, la escritora se refiere a la diabetes como una enfermad "nueva y de moda" (Doménech Montagut 2000: 153), quizá debido a las numerosas investigaciones

que se ocuparon de ella en el siglo XIX y que llevarán al descubrimiento de la insulina a principios del siglo XX, dejando de lado el tratamiento indicado hasta entonces, basado en la dieta y la hidroterapia. Según refleja el "Álbum de Honor" de Balneario de Mondariz, libro que recoge las firmas de sus clientes más selectos,

la escritora acude por primera vez a tomar sus aguas en septiembre de 1887, cuando escribe las siguientes líneas:

"¿Quién es capaz de saber cuantas lágrimas petrificadas, cuantos pensamientos enquistados, cuantas noches de insomnio y cuantas horas de lectura disuelve la acción de estas aguas en las vísceras de la gente activa y luchadora que acude á beberlas?

Fatigados del recio combate, venimos á pedir á la Naturaleza madre y reparadora que nos dé alivio. Doctor Pondal ¿no es cierto que la mejor virtud medicatriz reside en la Naturaleza misma?

Por eso yo quisiera que aquí la gente, en vez de bailar se acostara á las diez. Pero ¡váyale V. con esas a los muchachos!. Para ellos, diversión, para nosotros, agua PÁX.

272 NÚM. 004 y más agua, sueño, ejercicio, leche... y alguna discusión de metafísica, que es muy difícil quitarse de los vicios arraigados. Emilia Pardo Bazán