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Vetusta Morla se rinde a Galicia

El grupo incorpora ritmos e instrumentos tradicionales del Atlántico, con apoyo en el directo de Aliboria | Su gira llega mañana al Concello de Portas

En conciertos como el de Barcelona ya se ha visto la conexión entre Vetusta y Galicia. Gloria N.M.

Su gira llega mañana al pontevedrés Concello de Portas (Auditorio da Azucreira, 22.00 horas), tras triunfar en Barcelona con el uso musical de latas de pimentón, tablas de amasar el pan y cantareiras. Al toque gallego se suma el trabajo de Xosé Lois Romero, en unos conciertos que también pasarán por el Wanda Metropolitano y cruzarán el océano hasta América. El guitarrista y compositor de la formación madrileña, Guille Galván, destaca la importancia de “dar un giro de volante hacia sitios que no conocemos, para mantener la adrenalina”. También participan otros músicos de raíz como El Naán, de Palencia.

En Galicia, empezó todo. Así lo recuerdan Vetusta Morla una y otra vez. “Fue el primer sitio en el que empezamos a girar de verdad y a tener un público más allá de lo que conocíamos en Madrid”, indica Guille Galván. Solo así se entiende que su último disco “Cable a Tierra” parezca beber directamente de nuestro Atlántico. O que una de sus primeras paradas sea el concierto de este domingo en Portas (Pontevedra). El detonante de esta conexión mágica fue “un concierto en el Aturuxo de Bueu en 2005, nos pareció un lugar maravilloso con gente encantadora, nos hizo tener una gran empatía con la gente de O Morrazo y nuestra casa de representación es la gallega Esmerarte”.

Ese “Cable a Tierra” se convierte directamente en una declaración de amor a Galicia, pero también a las músicas tradicionales de otros territorios por los que ha viajado el grupo. “En esta gira tenemos la participación importante del grupo de pandereteiras Aliboria, con Xosé Lois Romero, que cantan y tocan instrumentos tradicionales relacionados con la música de la cocina de las aldeas”, explica Guille Galván. Aparecen así en el disco y en los conciertos latas de pimentón, “cajitas circulares para mover el grano que se usan en percusión”, instrumentos de labranza o las mesas donde se amasa el pan. “Son instrumentos que no forman parte de la llamada alta cultura pero que son tan importantes o más, que recuperamos de los sitios más pequeños para llevarlos hasta los grandes escenarios”, según Vetusta Morla.

"El disco nació para 'cuidarnos y celebrar la vida, somos carne de reemplazo'"

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El grupo mantiene de todos modos su esencia rock, con la que se hicieron tremendamente famosos desde mediados de los 2000 y con la que lanzaron himnos como “Cuarteles de invierno”. Y advierte que “no es un disco conceptualmente trabajado para el folklore, al que le tenemos un respeto tremendo pero sí que hemos contactado con la música tradicional de Galicia, Castilla-La Mancha, y Castilla y León. De hecho, con ellos también giran los palentinos El Naán. Ya el año pasado, cuando adelantaron este disco con la canción “Finisterre”, contaban en los conciertos con los músicos locales como las Aliboria en Santiago o más pandereteiras en Asturias.

A esta riqueza instrumental que tanto suma a Vetusta Morla se llega tras años de investigación. “Nuestro batería, David García el Indio, profundizó en la percusión tradicional como panderos cuadrados con piel de vaca típicos de Salamanca o guitarras de luthiers de Cuenca”, explica Guille Galván. Por este camino se ha desembocado en Finisterre, primer single, que sin embargo no habla del enclave gallego sino de “ese enamoramiento que te puede llevar a caer por el fin del mundo aunque no creas en él, una metáfora de hasta donde puedes llegar cegado de amor”.

Lo que veremos este domingo en Portas ya lo han visto los afortunados espectadores de Barcelona. Explica el guitarrista del grupo que “sobre el escenario somos seis Vetustos y otros seis músicos, como las Aliborias o El Naán”. Todos ellos han aportado un giro “psicológico” a la banda: “Te comportas de modo diferente, haces una gira nueva con esos músicos que participan tanto en los temas recién sacados como en las versiones de discos anteriores”. Mitad del concierto es Vetusta puro y duro, y en la otra mitad llegan estos artistas de la música tradicional: “Es muy bonito verlos, la gira es mucho más bonita con ellos, son unos musicazos y unas personas extraordinarias”.

Para el grupo ha sido así importante “dar u n giro al volante hacia sitios que no conocemos, para mantener la adrenalina como en la primera vez”. Siempre en huida del “conformismo y el aburrimiento”, para probar cosas nuevas. La banda de rock demuestra que “estos instrumentos como la lata de pimentón no solo se pueden tocar en la puerta de la cocina sino también en el Wanda Metropolitano, o la mesa de amasar el pan se puede subir al Teatro Real”. La idea nació además en el confinamiento, “cuando componíamos con los instrumentos que teníamos en casa y nuestra mirada se volvió hacia la comunidad más cercana”.

Se acentuaba la fragilidad “ante un virus microscópico que te podía mandar al otro barrio”. Y la sensación se agravó aún más con la llegada de Filomena a Madrid: “Europa estaba a merced de los elementos, hemos vivido un par de años que nos han puesto en nuestro sitio”. Y así nació este disco: “Con la necesidad de cuidarnos y celebrar la vida, porque somos carne de reemplazo”, concluye Guille Galván, con guiño a su canción Puñalada trapera

El grupo madrileño Vetusta Morla está formado por Pucho, David el Indio, Álvaro Baglietto, Jorge González, Guille Galván y Juan Manuel Latorre.

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