El Colegio advirtió a los farmacéuticos, en varias ocasiones, sobre recetas fraudulentas de Rivotril

Profesionales del sector en la comarca admiten que corría el rumor, desde hacía tiempo, de que algunos compañeros cometían este fraude

Ante su bajo coste, apuntan a beneficios muy grandes por su venta a jóvenes como droga lúdica

Las diligencias señalan que en algunas farmacias se anotaba el DNI del vendedor, en vez del número del paciente.

Las diligencias señalan que en algunas farmacias se anotaba el DNI del vendedor, en vez del número del paciente. / FdV

La investigación que partió del Puesto Principal de la Guardia Civil de Cangas y que tras casi dos años de trabajo logró desarticular un presunto grupo delictivo de venta fraudulenta del psicotrópico Rivotril, usado por jóvenes de O Morrazo –sobre todo menores de edad, para elaborar una droga alucinógena a la que denominan ‘karkubi’– corrió ayer como la pólvora entre los boticarios de toda la provincia. Y es que las diligencias policiales implican por presuntos delitos contra la salud pública a varios dueños y trabajadores de una farmacia de Cangas, otra de Moaña y hasta seis de Pontevedra.

La que sale peor parada de la investigación es la botica canguesa, a cuyo titular se identifica como “presunto integrante del grupo delictivo” sin cuya participación sería imposible toda la trama. Eso sí, en las diligencias policiales que se remontan al mes de abril no aparece como detenido, sino como investigado. Entre las irregularidades que se aprecian en las farmacias está la entrega del medicamento anotando el DNI de los vendedores, en vez del paciente. Fuentes del gabinete de comunicación de la Guardia Civil confirmaron ayer la existencia de este operativo aunque aseguran no contar con más datos sobre su desarrollo.

Según ha podido saber FARO, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Pontevedra ha remitido por escrito, en varias ocasiones, a los profesionales del sector, una nota informativa alertando de que la Subdirección Xeral de Inspección detectó recetas privadas falsas en los que se prescriben medicamentos como Lorazepam y Rivotril. Ayer, preguntado directamente, el colegio profesional evitó pronunciarse y apostó por la prudencia mientras duran las investigaciones.

El órgano colegiado del sector, en su ultima comunicación de finales de noviembre, también habla de dos recetas identificadas con datos de un mismo paciente, en la provincia de A Coruña, que se sumarían a los casos de Pontevedra. Aunque el que aparecía como facultativo prescriptor (médico) ejerce en la provincia de Lugo.

Con los datos del ‘influencer’ se retiró medicina a la vez en O Morrazo y Pontevedra

Por estos casos se advierte a los titulares y trabajadores de las farmacias que comuniquen a los colegiados la circulación de estas recetas y que extremen las precauciones “ante la posible aparición de fotocopias de recetas u otras que pudieran ser falsas”. Como medida de protección se pide que las contrasten con el facultativo que figure como prescriptor en caso de duda sobre la legalidad de las recetas. Si se comprueban que son falsas se deberán comunicar los hechos ante las Fuerza y Cuerpos de Seguridad del Estado y notificarlos a la Subdirección Xeral de Inspección.

Ante estos comunicados, personal de farmacias de O Morrazo confirmaban ayer que eran conocedores de que algunos compañeros estaban permitiendo las dispensaciones fraudulentas que acabaron en la investigación de la Guardia Civil.

Varios profesionales del sector apuntan a que desde hace semanas se suceden los rumores de este fraude que presuntamente cometería algún compañero y señalan que podría deberse a una motivación económica pues el margen de beneficio sería muy grande “porque es un medicamento muy barato” que al parecer se vende muy caro a los jóvenes consumidores que lo utilizan como droga para fines lúdicos.

La investigación policial no cifra los beneficios totales, pero constata una venta regular de 15 euros el bote, o 10 euros cada uno si se adquiere un lote de tres botes. Además, los datos para las recetas falsas se vendían a 20 euros. Al ser un medicamento subvencionado por el Sergas se dispensa en botica por solo 0,17 céntimos.

La alarma saltó en la Guardia Civil de Cangas por la sucesión de actos vandálicos, incluso con agresiones, durante varias noches de la movida canguesa en el año 2022. Se constató que los jóvenes, la mayoría menores, que participaban en estos actos eran consumidores habituales del ‘karkubi’, elaborado a base de Rivotril que solo se puede conseguir con receta en la farmacia y de otros componentes como jarabes o drogas como hachís o marihuana.

A través de un vídeo en una red social se constató que un influencer y cantante de Drill de la comarca era el principal comprador de este producto, usando sus datos en las farmacias al contar con una pauta medicinal que le había puesto su psiquiatra. Presumió de esta droga en un vídeo y en los comentarios muchos jóvenes de Cangas aseguraban que ya la habían probado también. Además, el influencer pagaba, presuntamente, comisiones a menores de edad para que también retirasen el producto con sus datos, dándose casos como la compra de Rivotril prácticamente simultánea en farmacias de Pontevedra y de O Morrazo. La investigación acabó con la detención de este joven y su puesta a disposición judicial para una primera declaración. Ahora está en libertad a la espera del juicio y de momento es el único acusado que consta como detenido.

Algunos menores implicados buscaban labrarse una reputación, más que dinero

En las diligencias policiales puestas a disposición judicial se acompaña como anexo un informe técnico emitido por el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Medicamentos en el que se indica de forma clara que las benzodiazepinas, un grupo de psicotrópicos entre los que se encuentra el Rivotril, están sometidas a “fiscalización internacional y a un control exhaustivo”.

Idealización del consumo

Se señala también que el riesgo de dependencia se incrementa con la dosis y la duración de tratamiento y es mayor en pacientes que ya tengan antecedentes de consumo de drogas o de abuso de alcohol, como al parecer es el caso al que se destinaba el que presuntamente se vendía de forma fraudulenta en las farmacias investigadas.

Fue clave, en la investigación, el anuncio de una fiesta, en 2022, que se celebraría en Moaña y en la que se iba a vender ‘karkubi’. Esto llevó a los agentes a inspeccionar a jóvenes que bajaban en las paradas de autobús de Moaña para, una vez encontrada esta droga o sus componentes, poder indagar sobre su procedencia.

No se descarta que algunos de los menores implicados en la trama, más que buscar rédito económico, persiguiesen “labrarse una reputación” dentro de la escena Drill, en la que se idealiza el consumo y tráfico de drogas diferentes a las tradicionales.

Suscríbete para seguir leyendo