Lequio en Bueu: “Nunca hablé ni hablaré de mi hijo Aless”

Con atuendo deportivo, gorra y gafas de sol, acompañado por su mujer María Palacios, su suegra y una pareja de amigos. Así llegó a comer a Bueu Alessandro Lequio, que ayer quizás era el hombre más buscado por los medios de comunicación y la prensa del “corazón” tras la confirmación por Ana García Obregón y madre de su hijo Aless, fallecido en 2020 con 27 años, de que la niña con la que ella salió en brazos de un hospital en Miami a finales de marzo era la hija de Aless, fecundada por gestación subrogada cumpliendo con el último deseo de su hijo, antes de morir, de ser padre.

La pequeña de esa foto, Ana Sandra, que generó regueros de tinta contra Ana Obregón por querer ser “madre” a los 68 años, era, por tanto, su nieta y, en consecuencia, también la del conde Lequio, que se ha convertido en abuelo biológico. Lequio tiene otro hijo mayor de su matrimonio con la italiana Antonia dell´Atte y una niña de 6 años de su actual esposa, con la que lleva casado 11 años y más de veinte de relación.

La noticia de la nueva “niña” de Ana Obregón estalló con Lequio en su refugio de Galicia, en donde desde hace años suele pasar días de vacaciones con su familia política, en la zona de Nigrán y realizando sus salidas habituales, como la de ayer a comer al restaurante Peixoto de Beluso, propiedad de su amigo Manolo Bouzón.

Aunque muy cordial, atendiendo a las personas que se acercaban a él, aseguró, a las preguntas de FARO DE VIGO, que “nunca he hablado, ni hablé de nada relacionado con mi hijo”, que no es algo que haya decidido ahora, sino que lo hizo siempre y que “cada uno lleva las cosas a su manera. Nunca hablaré de mi hijo”.

En la puerta del restaurante y cuando llegó, su dueño se fundió en un emotivo abrazo con Alessandro Lequio, del que asegura que empezó a conocerle, y con el que tiene una buena relación, hace unos cinco o seis años jugando al golf en Domaio y en otros campos del área de Vigo. Desde entonces, siempre que realiza sus escapadas por vacaciones a Galicia, el colaborador televisivo en el programa de Ana Rosa, acostumbra a ir a comer al Peixoto, siempre con su mujer María Palacios, siempre discreta y ayer también muy atenta, y disfrutar en su terraza de las vistas sobre el puerto de Beluso y de la ría de Pontevedra.

Durante la comida, Lequio atendió sin problema a las personas que se acercaban a él. En el local. Cuando llegó también estaba para recibirle el párroco de Bueu, José López “Josecho”, que no es la primera vez que se retrata compartiendo mesa y mantel con el tertuliano italiano del “corazón”.

En Bueu saben que el conde Lequio siempre se ha mostrado a favor de apoyar a Ana García Obregón en todo lo que hiciera falta. Pero, ayer no estaba dispuesto a hablar de ella, ni de la decisión que ha tomado con respecto a esta niña, nieta de ambos, eso sí con palabras de respeto hacia la profesión periodística: “Sé que es vuestro trabajo, pero no voy a comentar nada de mi hijo, siempre ha sido así”.

Alessandro Lequio disfrutó de una larga comida en el Peixoto junto a su mujer, su suegra y también su amigo y expareja de la periodista Sonsoles Ónega, el arquitecto gallego César Vidal.Poco antes de acabar la comida, el propio Lequio subía una foto en su instagram, del grupo comiendo en Beluso “con mujer, amigos y amigotes en el gran Peixoto” y fuera de los focos mediáticos del nacimiento de la hija de su fallecido Aless, Ana Sandra.