La Xunta autoriza 27 parques eólicos, pero mantiene en suspenso el de O Morrazo

La respuesta de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental se va a demorar debido a las numerosas alegaciones | Vecinos y colectivos advierten de su impacto visual

La concentración celebrada unos días en la Praza do Concello de Moaña contra los parques eólicos en O Morrazo. |   // SANTOS ÁLVAREZ

La concentración celebrada unos días en la Praza do Concello de Moaña contra los parques eólicos en O Morrazo. | // SANTOS ÁLVAREZ / Nicolás davila

En la Serra do Suído, en los montes de Cotobade y A Lama, en Forcarei y las tierra del Deza, en el sur de la provincia y en muchos otros territorios gallegos. Por toda la comunidad se reparten los treinta parques eólicos analizados en los últimos meses por la Dirección Xeral de Calidade Ambiental, Sostibilidade e Cambio Climático sobre los que ha emitido informe entre el 11 de octubre y el pasado 6 de diciembre. La inmensa mayoría de estos proyectos han recibido el informe ambiental favorable al entender que no implicarán efectos significativos en su entorno, “siempre que se cumplan” las condiciones impuestas en cada uno de estos documentos. Pero en este listado de informes ya publicados no figura el planteado en O Morrazo, con especial incidencia en Vilaboa y Marín, y el de Monte Castrove, entre Pontevedra y Poio.

La respuesta se va a demorar debido a las alegaciones recibidas, que inciden en el impacto visual de estos parques eólicos. Ambos han generado un notable rechazo debido a su posible impacto, como se puso de manifiesto en una reciente concentración en Pontevedra bajo el lema “Eólica sí, pero non así”.

De los 30 informes ya emitidos, en 27 de ellos (el 90%) se declaran los parques “ambientalmente viables”. Solo tres cuentan con un pronunciamiento desfavorable: dos en la Serra do Suído y uno en la zona de Oia y Baiona. Y en estos tres casos se desestiman las iniciativas por el grave impacto visual que causarían los aerogeneradores.

Este balance corresponde a los informes publicados en los tres últimos meses, a raíz de la avalancha de planes eólicos y los plazos impuestos a última hora para resolver esta tramitación ambiental. En todo el año la Dirección Xeral de Calidade Ambiental, Sostibilidade e Cambio Climático emitió 43 resoluciones, algunas de ellas relacionadas con líneas de alta tensión para parques eólicos, no para sus aerogeneradores.

Con este añadido, el porcentaje del 10% de rechazo se mantiene, ya que solo hay una desestimación más, también por impacto visual, en el proyecto denominado “Albariño I”, en los municipios de Baiona, Oia y Tomiño.

Uno de los últimos es el parque denominado Alto de Puza, en la Serra do Suído, en montes de A Lama. El documento declara que “no es ambientalmente viable” un recinto que se diseñó en un principio con 12 molinos, si bien las objeciones de la Xunta hicieron que el promotor redujera después esa cifra y las dimensiones de cada uno. Pero estos cambios no variaron la opinión del Instituto de Estudos do Territorio, cuyo informe sirve de base a la resolución desfavorable.

En ese estudio se apunta que el parque “generaría una fuerte incidencia visual” en un terreno declarado “área de especial interés paisajístico”. Añade que en algunos puntos el impacto es “severo”, de tal modo que no sería posible “mitigar esos efectos con ningún tipo de medida correctora, hasta el punto de que “comprometen de una manera crítica el carácter del paisaje de la Sierra do Suído”.

El informe recuerda que “el aumento notable de nuevos aerogeneradores que se sumarían a los existentes, y que tendrían una mayor presencia en el territorio dadas sus dimensiones”, agravarían aún más el impacto.

Pero el mismo día en el que se hacía público este rechazo, se conocía un segundo, muy parecido y en la misma ubicación, el denominado “Alto de Mancelo”. En su caso también hubo cambios en el diseño original para salvar las objeciones autonómicas, pero no variaron la opinión final: “el proyecto puede producir cambios críticos de carácter del paisaje, no susceptibles de ser mitigados mediante ningún tipo de medida correctora, con la única excepción de los núcleos rurales, en los que podría reducirse puntualmente mediante la plantación de barreras vegetales”.

Suscríbete para seguir leyendo