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Los comuneros de la comarca exhiben unidad para frenar los proyectos eólicos

Exigen el fin del área de desarollo en los montes de O Morrazo y alegan que los aerogeneradores afectarían a todos los núcleos de población | “Los terrenos y casas se depreciarían un 30%”

Representantes de las 12 comunidades de montes, ayer, en los terrenos de A Tioura, en Moaña. | GONZALO NÚÑEZ

En el año 2021 la empresa ACS contactó con varias comunidades de montes de O Morrazo para anunciarles un plan de construcción de un parque eólico en la comarca ofreciendo el pago de 9.000 euros anuales por aerogenerador. En ese mismo ejercicio la Asociación Empresarial Eólica (Aratel) se dirigió a algunos concellos como el de Moaña para preguntar por la calificación urbanística de parcelas en la zona alta de la península también para su desarrollo eólico. Comenzó entonces un movimiento de oposición por parte de los comuneros que culminó ayer, con una rueda de prensa conjunta de las 12 entidades que integran la Mancomunidade de Montes do Morrazo y que representan a unas 2.000 unidades familiares. Los representantes del monte comunal aseguran que en el último año no hubo nuevos movimientos públicos por parte de los interesados en estas inversiones.

Expusieron las razones que les llevan a rechazar un parque eólico en la comarca y exigen que la Xunta elimine del Plan Sectorial vigente desde 1997 el Área de Desenvolvemento Eólico que, con forma triangular, abarca 4.362 hectáreas de la superficie morracense, la cuarta parte del total, con vértices en A Esculca de Salcedo, la Capela de San Cosme, A Portela en Coiro y la ladera del Monte Gagán hacia San Adrián de Cobres, según relató el presidente Xosé Ramón Millán.

La secretaria de la Mancomunidade, Carmen Piñeiro, expuso la alta densidad de población de O Morrazo, con 88.482 vecinos que representan 496 habitantes por Km2. Alertó de que las instalaciones eólicas depreciarían el valor económico de las fincas y viviendas “hasta un 30% o más” y aseguró que los aerogeneradores producen ruidos que se perciben hasta los 6 kilómetros de distancia “lo que supondría la pérdida de calidad de vida a todos los vecinos, porque O Morrazo tiene un ancho máximo de 7 kilómetros”. Los desmontes masivos para abrir las nuevas pistas forestales necesarias también afectarían, a su juicio, a “propiedades privadas, caminos públicos, acuíferos, manantiales y nacimientos de ríos”. Cada aerogenerador tendría 200 metros de altura y unas aspas de 75 metros de diámetro.

Ignacio Piñeiro, comunero de Meira y tesorero del colectivo comarcal, esgrimió que con un parque eólico O Morrazo perdería patrimonio cultural y hábitats de interés natural como carballeiras y bosques de ribera “con la consiguiente pérdida de capacidad de fijación y almacenamiento de CO2”.

A lo largo del último año todas las comunidades se fueron posicionando contra estos proyectos: Domaio, Moaña, Meira, Santa Cristina, San Adrián, Vilaboa, Santomé, Darbo, O Hío, Coiro, Bueu y Beluso. La moañesa fue la última en celebrar su asamblea y su presidente, David Faria, lamentó ayer que el recibo del consumo eléctrico en Galicia sea igual que el del resto del Estado a pesar de que la comunidad soporta una alta cantidad de “macroeólicos” que “no crean puestos de trabajo, generan daños ecológicos y las empresas que los instalan pagan sus impuestos fuera de Galicia”. Aseguró que 181.000 gallegos se encuentran en situación de pobreza energética a pesar de los eólicos y de las instalaciones hidroeléctricas en los ríos”.

Contrapuso, Faria, el concurso público de explotación eólica que la Xunta promovía en 2007, que solo permitía un desarrollo con el 70% de los propietarios afectados a favor y que dejaría en los dueños de los terrenos y comuneros un 24% de los beneficios de explotación. Entiende que era un sistema que sí podría abaratar el recibo de la luz “y contribuir al desarrollo del país”. Criticó también las leyes de simplificación administrativa y de fomento e implantación de iniciativas empresariales, que los comuneros reunidos ayer calificaron como “Leis da depredación”.

Finalmente, la comunera de Coiro Mónica Camaño, aseguró que todos los reunidos están a favor de las “energías renovables y limpias” pero se oponen a un modelo “especulativo e injusto”, defendiendo las comunidades energéticas locales y la instalación de paneles fotovoltaicos o “minimolinos” de viento.

“Cada instalación puede alcanzar 873.000 euros de beneficio”

La primera propuesta de ACS a los comuneros de la comarca que se verían afectados por su proyecto de parque eólico era de 9.000 euros al año por aerogenerador. Para la Mancomunidade se trata de “una oferta miserable” y lo comparan con los 6.000 euros al año del canon de las antenas de telefonía móvil por ejercicio “pese a que no producen las rentas económicas de los macroeólicos”, apunta el presidente de la Xunta de Montes de Moaña, David Faria. Asegura que al precio medio del kWh de 2021, que fue de 112 euros, cada instalación eólica generaría unos beneficios brutos de 873.500 euros al año. Alegó también que Galicia no necesita producir más energía eléctrica pues genera anualmente 24,2 millones de megavatios por hora (MWh), de los que 17,2 millones son energías renovables, mientras que el consumo total en la comunidad es de 17,9.

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