La empresa que presentó la mejor oferta para ejecutar la obra de la sala arqueológica del “Bueu romano” finalmente renunció al proyecto porque no presentó la documentación para formalizar el contrato. El Concello tendrá que proceder a adjudicar la actuación a la compañía que presentó la segunda mejor oferta, que en principio está dispuesta a asumir los trabajos. Pese a ello, desde el gobierno local de Bueu reconoce que será muy difícil justificar la anualidad de la subvención correspondiente al presente ejercicio y por ello intentará renegociar los plazos con la Consellería de Cultura.
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A este contrato se presentaron un total de cinco empresas. La mejor oferta era la de Sodein, con un precio de 151.171 euros y una rebaja de 14.500 euros. Tras su renuncia, la obra será adjudicada a Construcciones y Diseño Luicon, que ofertó un precio de 154.800 euros. “Somos reos de una serie de dificultades enormes. A ello se le suma que para poder licitar la obra era necesario disponer de la autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural y no fue posible obtenerla antes”, reconoce el alcalde de Bueu, Félix Juncal. “Se trata de una situación sobrevenida”, añade.
El Concello de Bueu licitó la primera fase de las obras por un importe de 200.000 euros, de los que 150.000 los aportaba la Consellería de Cultura. Los trámites para ajustar el proyecto a los criterios de Patrimonio demoraron la licitación y desde la administración municipal se ven en la obligación de justificar la mayor parte de la inversión antes de acabar el año. “Vamos a intentar a ejecutar lo máximo posible y justificar la mayor cantidad. Se está realizando un esfuerzo enorme por parte de los técnicos para resolver y agilizar todos los trámites”, defiende Juncal. No obstante, desde el gobierno local intentarán negociar con la Consellería de Cultura para que amplíe el plazo de justificación de la ayuda.
La primera fase de la sala arqueológica de Pescadoira, conocida como el “Bueu romano” se centra en el acondicionamiento del bajo que acogerá la sala museística y en las excavaciones arqueológicas para comprobar el estado del yacimiento y perfilar para el futuro una intervención más exhaustiva. En función de los resultados se elaborará el proyecto museológico, cuya ejecución quedaría para una segunda etapa.