La preocupación por la tendencia desorbitadamente alcista del coste de la luz está afectando no solamente a las economías domésticas, sino también a las instituciones, y el Concello de Bueu no es ajeno a ello. La extinción el pasado mes de junio del contrato con precios fijos del que disfrutaba la administración local se ha traducido en un considerable aumento de los gastos eléctricos, con una previsión de que el próximo año puedan alcanzar los 574.725 euros, prácticamente el triple (2,7 veces más) de lo que se había abonado tan solo dos ejercicios antes, en 2021.
Si hace apenas unos meses el ejecutivo buenense se permitía el lujo de sacar pecho al haber reducido la factura de la luz en plena crisis energética –pasó de pagar 374.170 euros en 2015 a los 212.001 euros de 2021–, la realidad del mercado ha golpeado con dureza a la institución y amenaza con hacerlo aún más fuerte de cara al futuro si no se le pone remedio. En los primeros nueve meses del año el gasto eléctrico municipal ha sido de 186.341 euros, y para los tres meses restantes –octubre, noviembre y diciembre– la previsión es que haya que añadir 143.681 euros adicionales. La estimación es que 2022 se cierre con un gasto de 330.022 euros. Y ya de cara al año próximo se calcula un incremento del 174 por ciento para situar la factura en los 574.725 euros.
No se descarta apagar el alumbrado unas horas en ciertas zonas si la tendencia sigue igual
El grueso de los costes eléctricos se centran en la iluminación pública, con un gasto estimado para 2023 de 319.177, considerablemente superior a los 117.736 del año pasado y a los 183.279 con los que previsiblemente se cerrará este ejercicio. La estimación para los edificios e instalaciones municipales (casa consistorial, centros sociales, pabellones...) se sitúa en los 197.747 euros por los 72.944 euros facturados el año pasado. El grueso de ellos corresponderían a las instalaciones deportivas, con 104.637 euros presupuestados. En este apartado el incremento del coste se explicaría también con la puesta en marcha de la piscina municipal.
Tanto el alcalde, Félix Juncal, como el concejal de Cultura e Innovación e Desenvolvemento Tecnolóxico, Xosé Leal, admiten que no es sencillo articular medidas para paliar el incremento de la factura. “Otros concellos han optado por apagar durante determinadas horas algunas zonas del alumbrado público”, señalan. “De momento no nos lo planteamos, pero si la progresión continúa siendo la misma habrá que estudiarlo de forma más concreta”, admiten.
En los primeros nueve meses de este año se gastó 186.000 euros y se estiman 143.000 para los últimos tres
Lo que parece claro es que “alguna medida tendremos que tomar”, y todo apunta a que será en la línea de la búsqueda de la eficiencia energética y de recortar el gasto. Recuerdan desde el concello que en los últimos años se ha hecho una notable inversión en este aspecto, principalmente con la sustitución de las antiguas luminarias por otra de tecnología LED. “No se aprecia visiblemente en la factura por los precios del mercado, pero sin esa eficiencia hay que pensar que el gasto sería mucho mayor”, aseguran. La última actuación fue el reemplazo de los proyectores del campo de As Laxes, en Beluso, por LED, pero también está previsto para finales de este año o principios del que viene la sustitución de aproximadamente 400 luminarias con un proyecto del IDAE con la Diputación de Pontevedra. Y también se acometerá la renovación de la iluminación en Udra y en la senda Trasouto-A Portela. “Con este sistema reducimos al máximo el consumo energético”, afirman.
En paralelo el Concello sigue pendiente del mercado, asesorado por una consultora externa, pero las opciones son por el momento escasas. Tras la conclusión del contrato con Iberdrola se sigue con esa empresa pero con nuevos precios, ya que ni siquiera el acuerdo marco de la FEMP ofrece mejores condiciones para ir a una nueva licitación. Tocará esperar.
Piden al Estado protección y a la Xunta que asuma competencias
Una mayor regulación por parte del Estado. Esa es una de las peticiones que desliza el alcalde de Bueu, Félix Juncal, para tratar de amortiguar el imparable alza de precios de la energía. “Al igual que ocurre con las familias, los concellos también merecemos que se nos tenga en cuenta, y que se tomen decisiones para que se nos proteja en el escenario actual”, afirma. El ejecutivo buenense reclama la articulación de fórmulas para minimizar el impacto de los precios en la administración local.
El otro mensaje desde Bueu es para la Xunta de Galicia, toda vez que se recuerda que la factura de la luz en colegios y centro de salud “la paga el Concello, cuando debe hacerlo la administración autonómica”. En los colegios el gasto pasará de los 17.180 euros de 2021 a los 46.574 del próximo año. En el centro de salud, de los 4.141 euros a los 11.226.
