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La toxina paralizante frena en seco la campaña de exportación de mejillón

Todos los polígonos de la ría de Vigo están afectados | Las ventas habían adelantado su inicio este verano por la mortalidad en el Mediterráneo

Trabajos de reparación y puesta a punto, ayer, en barcos mejilloneros de A Mosqueira. | FDV

La campaña de exportación de mejillón al mercado francés e italiano desde los muelles de Moaña, Domaio y San Adrián (Vilaboa) adelantó este año su comienzo a las primeras semanas de agosto, al dispararse la demanda debido a la alta mortalidad de este molusco bivalvo en el Mediterráneo por las altas temperaturas del mar en un verano en el que se encadenaron las intensas y largas olas de calor. Sin embargo, el episodio de toxina paralizante (PSP) que sacudió en los últimos días la ría de Vigo ha acabado por cerrar todos los polígonos de bateas. Los dos últimos (Redondela B y Redondela C) en plena ensenada de San Simón, fueron cerrados el martes 31 de agosto tras los análisis desfavorables realizados por los biólogos del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar).

Este cierre se suma al resto de sectores del fondo de la ría, cuya extracción y venta de producto quedó parada el 23 de agosto. Además, por fuera del estrecho de Rande, entre los días 19 y 23 de agosto se cerraron cuatro polígonos de los que se extraía ya producto para su exportación en grandes camiones: Los Cangas C, D, E y el Redondela A. A esto se suma que los grandes sectores productores de la boca de la ría ubicados frente a Nerga y Liméns están cerrados desde inicios de julio, antes incluso del comienzo de la campaña de exportación.

Los productores con su base en los muelles moañeses lamentaban ayer este episodio de toxina paralizante. “La campaña comenzó antes de lo previsto y tenía pinta de ser muy buena. Ahora desconocemos cuándo volveremos a poder sacar producto. Esperamos que el cierre no se prolongue mucho”, apuntaban bateeiros de Domaio, un muelle del que las semanas anteriores estuvieron partiendo hasta tres camiones diarios cargados de molusco.

Ayer, en los muelles moañeses, la actividad era muy reducida, con trabajos de reparación en algunos barcos mejilloneros y tareas de reparcado en los propios viveros, retirando mejillón de las cuerdas para llenar con ellos sacos colgados de las bateas. Y es que desde las cooperativas señalan que las aguas de las Rías Baixas también sufrieron este año temperaturas por encima de lo normal, y ello llevó a que gran parte del mejillón se desprenda con facilidad, de ahí que traten de minimizar pérdidas de producto que se producirían en el caso de dejarlo en las cuerdas durante el tiempo que dure este cierre.

Los análisis de los próximos días dictarán si hay una remisión de la toxina o si uno de los principales sectores económicos de Moaña debe permanecer a la espera para retomar la que pasa por ser una de sus principales campañas anuales junto a la de Navidad.

Hay que recordar que en el año 2021 se batieron récords de ventas de mejillón gracias a la alta demanda de la industria conservera, que había vaciado sus almacenes durante la fase más dura de la pandemia de COVID-19.

Bueu y Aldán

Mucho más difíciles están las cosas para los productores de mejillón con su puerto base en Bueu o en la ría de Aldán. Los primeros no pueden poner su producto en el mercado desde el pasado 22 de junio, mientras que en Aldán un polígono lleva cerrado desde el 17 de junio y el otro está afectado por la toxina desde el 5 de julio.

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