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Cerveza con denominación de origen en Meiro

Marta Galán, ayer en Meiro con un botellín de cerveza elaborada con millo corvo. | // GONZALO NÚÑEZ

Productos de panadería, de pastelería y ahora cerveza. El millo corvo ampliará su abanico de posibilidades en la XXII edición del Encontro-Degustación que arrancó ayer con la muiñada y se extenderá hoy y mañana con un amplio programa de actividades.Una de las más llamativas es la presentación y degustación de la cerveza de millo corvo, una iniciativa que quedó truncada por el inicio de la pandemia y que ahora verá definitivamente la luz. Marta Galán, maestra cervecera de Alealé ha sido la encargada de elaborar un producto del que se repartirán 500 litros.

“Color dorado pálido, turbidez propia de una cerveza no filtrada en la que se emplea trigo, moderado sabor a malta a grano dulce inicial, amargor de lúpulo medio y sabor a lúpulo moderado, con un matiz terroso especiado y floral”. Así describe Marta Galán, maestra cervecera de Alealé –después de la correspondiente cata– la cerveza elaborada con millo corvo, que será una de las una de las creaciones estrella de la vigesimosegunda edición del Encontro-Degustación que acoge la aldea de Meiro este fin de semana.

La maestra cervecera Marta Galán ha elaborado 500 litros de la bebida con una base de millo corvo

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La bebida tendrá su merecida puesta en escena después de que la pandemia hubiese truncado su presentación en sociedad. Serán en total 500 litros de cerveza los que se pondrán a la venta en una edición limitada a una cantidad que oscilará entre las 1.200 y las 1.500 botellas, con dos barriles para quienes opten por esta modalidad cuando se acerquen a la fiesta.

La idea de seguir explorando las posibilidades del millo corvo para elaborar diferentes productos surgió en 2019, cuando la Asociación Cultural Meiro coincidió en Agolada con Marta Galán. La chispa de la colaboración enseguida se encendió. “Me invitaron a pasar un día en Meiro para conocer su proyecto y quedamos en buscar una receta para hacer una cerveza con este ingrediente”, recuerda la maestra cervecera. Sin embargo, la eclosión del coronavirus rompió todos los planes. “Ya teníamos elaborada la cerveza, con miles de botellas y varios barriles, y nos quedamos sin poder darle salida en la fiesta”, completa. De hecho, y tras la fallida experiencia, “pensé que no contarían conmigo”.

No fue así, y Meiro podrá disfrutar de una cerveza con una base de su producto más original. El millo corvo, no obstante, no es mayoritario en la composición de la bebida. “El maíz, por sus características, puede llegar a estropear la espuma. Aporta mayor ligereza, pero sin perder cuerpo, matices, etcétera, pero siempre en una determinada proporción”, aclara Galán. En el caso de la cerveza de millo corvo esta variedad de maíz supone alrededor de un 7 por ciento del producto. “Hemos utilizado 100 kilos de malta de cebada, 10 kilos de malta de trigo y 8 de millo corvo”, relata.

El resultado final es una cerveza ligera, fresca, similar a una Kölsch

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Para ella, que lleva vinculada once años al mundo de la cerveza, los últimos seis de ellos de forma profesional, también supuso un aliciente. “Yo nunca había utilizado maíz, porque en la cerveza artesanal no se suele hacer. Es algo más propio de la industrial, para obtener mayor graduación alcohólica y ligereza con un coste menor”, afirma, antes de añadir que “este no es el caso, porque estamos hablando de algo muy exclusivo y con una producción muy pequeña. Para mí supone contribuir a la recuperación de un ingrediente autóctono”. Y sentencia que “para mí es un privilegio el poder experimentar con una variedad no tan común”.

El proceso de elaboración no fue excesivamente complicado. “Hace dos años ya hicimos tres pruebas, pero nunca partes de cero, porque ya hay unos límites por definición con el porcentaje de maíz que puedes incluir en la receta”, señala. “Hay un conocimiento de histórico, de guías de estilo. Partes de una base y luego modificas para compensar dulzor y amargor, ligereza y cuerpo. También utilizamos softwares”, manifiesta.

El resultado final es una cerveza ligera, fresca, de verano, que podría acercarse a una Kölsch –si bien estas no contienen maíz–. “Queríamos tener una cerveza seca, de cuerpo moderado, muy refrescante, pero no filtrada ni pasteurizada, con un cien por cien de maltas ecológicas”, sentencia. Hoy será el examen de los visitantes.

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