José Barreiro es uno de los grandes armadores de Cangas, propietario de la empresa "Moradiña", uno de cuyos barcos "Playa Menduiña Dos", fue al rescate de la tripulación del naufragio del "Villa de Pitanxo" en el caladero de Canadá. A bordo del pesquero están los únicos tres tripulantes que salvaron la vida en esta tragedia, dos de ellos de Donón, en la parroquia canguesa de O Hío.

A sus 77 años, José Barreiro ya ha dejado las riendas de la armadora a sus hijos, pero habla de la tragedia como experto patrón y uno de los pioneros en la pesca en el caladero de Canadá. "Las circunstancias en la mar son como son. Es difícil opinar si fue un golpe de mar, fue una serie de circunstancias sumadas", asegura el armador, muy consternado por la tragedia "como compañero" y porque en el naufragio han muerto personas que él conocía.

Reconoce que en su etapa, cuando pescaba pota, platija o fletán pero sin darle aún la importancia que después tuvo este pescado, se faenaba más próximo a la costa, pero dice que no por ello era más seguro, ya que las heladas afectaban más cerca de tierra que en alta mar: "Las desgracias por muchas cosas pasan, pero no hay que buscar más responsabilidad que el tiempo y las circunstancias", señala en alusión al naufragio del "Villa de Pitanxo".