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Benito Vilas ESTÉVEZ nnficha personal | Arqueólogo de la puesta en valor de la Torre de Meira

“La moneda de Constancio II abre una etapa desconocida en Moaña"

Benito Vilas, en la capilla de San Xes de Francelos, en Ribadavia. | // FDV

Un pequeño metal ha hecho realidad ese sueño de todo arqueólogo de llegar a un gran hallazgo. Benito Vilas, con sus socios en la cooperativa Árbore Arqueología, a los que se unirá Nerea Vilariño como cuarta socia, lograron descubrir en los trabajos de puesta en valor de la Torre medieval de Meira, dos monedas que en un principio identificaron como medievales, por el entorno en el que estaban excavando, aunque con respecto a una de ellas, han confirmado ahora que se trata de un metal del siglo IV, acuñado entre los años 347 y 348 d.C, en Aralate –hoy Arlés– en Francia y con la efige en el anverso del emperador romano Constancio II y en el reverso de dos victorias estantes. Para el arqueólogo Benito Vilas, este tipo de hallazgos “te cuenta que no puedes dar nada por supuesto”. La cooperativa ya trabajó en la puesta en valor de la aldea medieval de Puxeiro, en la falda de O Facho (Cangas); la restauración del cruceiro de Síngulis y el peto da Magdalena, junto con la puesta en valor del petroglifo de Abelaires o Abelairas, un lugar que el arqueólogo reconoce que es muy importante para él, ya que es el primer yacimiento que recuerda y que le enseñó su padre. En la puesta en valor de la Torre de Meira, realizada a principios de año, y promovida por el Concello con la colaboración de los comuneros de Meira, se encontraron restos de cerámica gris típica medieval. En cuatro de ellas aparece lo que semeja ser un sello de alfarero que, de momento, se desconoce, por lo que los profesionales consideran que pudiera ser de un taller de la zona de Moaña o cercano. También apareció una pequeña cruz, que también ha sido restaurada, como las monedas; y una pieza de cerámica de manises, de muy alta calidad; entre otros restos óseos de animales, incluyendo un diente de jabalí, clavos de hierro y una posible hebilla.

El arqueólogo (dcha.), en los trabajos en la Torre de Meira. | // FDV Cristina González

–¿Qué supone para un arqueólogo un hallazgo como el realizado en la puesta en valor de la Torre de Meira y en concreto con esta moneda del siglo IV?

La verdad es que es de estos hallazgos que descoloca totalmente. En un principio cuando aparecieron las dos monedas dimos por supuesto que eran medievales por el contexto en el que estábamos. Descubrir de repente que es una moneda romana del siglo IV, descoloca totalmente. Este hallazgo nos cuenta la historia de uno de los señores de la Torre que una vez encontrada la moneda romana decidió quedársela y guardarla en el interior, (algo similar a lo que sucede hoy en día cuando una persona encuentra precisamente monedas antiguas) pues debió ser importante para él o ella. Además de paso nos permite saber que tuvo que existir un núcleo de población en Moaña en el siglo IV que es una época desconocida de momento en el pueblo. Es uno de los grandes atractivos de la arqueología este tipo de hallazgos pues te cuenta que no puedes dar nada por supuesto.

Moneda de Constancio II. | // FDV

–En el mapa de yacimientos arqueológicos del sur de la provincia, que lugar en importancia ocuparía la Torre de Meira?

Un lugar privilegiado, pues yacimientos medievales con las características de la Torre de Meira tan bien conservados y definidos, estando además en un emplazamiento tan destacado, no son demasiados.

–¿En que parte del ámbito apareció, en concreto, la moneda?

En el interior de la Torre de homenaje, mezclada con el derrumbe interior. Por eso sabemos que estaba guardada dentro de la misma muy probablemente, siendo muy difícil que un Irmandiño en el momento de derribar la Torre la llevara con él.

–¿Qué nos puede decir de su procedencia, es habitual hallazgos de una moneda con esta efigie?

Es difícil de decir ya que no hay un catálogo exhaustivo de las monedas romanas que aparecen en la provincia de Pontevedra, y además la mayoría se localizan en lo que se denomina arqueología de urgencia derivada de obras y no de puestas en valor, y esas suelen quedar sin limpiar guardándose dentro del Museo de Pontevedra esperando a que en algún momento algún investigador o investigadora las estudie o que algún restaurador las limpie. Lo que sí nos permite es saber que Moaña en aquella época tenía que estar, a pesar de que son épocas convulsas en el imperio romano, conectada con otras áreas para que llegara esta moneda de Francia.

Cruz hallada en la excavación de la Torre.

–Siguen existiendo muchos saqueadores de yacimientos, personas con detectores en busca de metales?

Desgraciadamente sí, muchísimos, y es un grandísimo problema. Existen incluso canales en plataformas digitales en los que se le da voz, y ellos defienden que se trata de una afición y que no hacen nada malo, pues los contextos son importantísimos. Pongamos el ejemplo de esta moneda, pues no es lo mismo precisamente encontrarla en una excavación dentro de la torre, que de repente alguien la encuentre porque abrió un agujero en un yacimiento (que además es ilegal) ya que perdemos gran parte de la información, y no podríamos saber cómo es este caso que fue una persona en la Edad Media quien la encontró y la guardó allí, sino que nos cambiaría totalmente la visión.

–¿Qué habría que hacer con la Torre, convendría seguir con más puesta en valor del ámbito, reconstrucción?

Desde luego, es conveniente seguir con la puesta en valor de este lugar que tiene un potencial enorme. Queda muchísimo yacimiento por estudiar, excavar y muchas sorpresas. Basta ver el gran tirón que tuvieron en redes sociales las noticias sobre este yacimiento, en los medios, o cómo ahora es un lugar ampliamente visitado que ya se está integrando en el circuito cultural de Moaña. Lo cierto es que es una suerte que desde la Comunidad de Montes de Meira y desde el Concello apostaran por este proyecto y que aún ahora lo sigan haciendo.

–¿En dónde se podrán ver las piezas halladas en la excavación?

Las piezas tienen que ser entregadas al Museo de Pontevedra, y probablemente en un principio todas ellas vayan al sótano donde se guardan los restos y no podrán ser vistas a no ser que se pida permiso previamente, este suele ser uno de los problemas de la arqueología social y que de momento a nivel legal no tiene fácil solución. En cualquier caso, vamos a hacer lo posible para organizar una charla con la exposición de las piezas en colaboración con el Concello de Moaña y la Comunidad de Montes para que la gente pueda observarlas antes de entregarlas en el museo.

–¿En qué están trabajando ahora?

Pues ahora mismo estamos acabando la puesta en valor de un petroglifo en Dodro, el petroglifo de Bouza Abadín, además de un proyecto de investigación en Lalín en la zona de Bermés en un lugar denominado Outeiro Grande donde acabamos de confirmar que se trata de un yacimiento arqueológico prehistórico, de los que pocos conocemos en Galicia.

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