De mal en peor y sin expectativas de que la situación mejore a corto plazo. Así es como ven desde el Partido Popular en Cangas el servicio de recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos (RSU) que presta la Mancomunidade do Morrazo y que acumula múltiples carencias y quejas vecinales por la baja frecuencia de recogida, el mal estado de los contenedores o la falta de mantenimiento general. Los populares reclaman al gobierno que encabeza Victoria Portas que, a través del ente comarcal, afronte el problema y le ponga orden y remedio inmediato.
El servicio de basuras “está viviendo un proceso de deterioro gradual debido a la situación de interinidad que presenta desde hace tiempo”, advierte la formación que encabeza José Enrique Sotelo, e incide en que la “drástica reducción” de la frecuencia de retirada de los residuos es una de las quejas más repetidas por el vecindario. Una situación que deriva en problemas de imagen, suciedad y salubridad, pues está causando la acumulación de residuos en torno a los contenedores y sus consecuencias en distintos puntos del municipio, “siendo más exagerado en el rural y atrayendo la presencia incluso de roedores”, alertan.
Los representantes del PP también reclaman la renovación de contenedores y una mayor frecuencia en su limpieza. “Prometieron una renovación que nunca se cumplió”, denuncian, y califican de “lamentable” el estado que presentan muchos de ellos. “Se trata de una situación insostenible; la ciudadanía está pagando por un pésimo servicio y los responsables municipales no hacen nada” para solucionarlo, a pesar de las quejas repetidas. Consideran que los representantes políticos dan largas al asunto: “Con la excusa de la manida municipalización, están dejando que se deteriore este servicio a pasos agigantados”, abundan desde el Partido Popular, y se preguntan “hasta cuándo tendrá que esperar la ciudadanía” para que se revierta la situación.
La formación mayoritaria de la Corporación canguesa también exige explicaciones sobre el estado del servicio de recogida de aceites domésticos, como la frecuencia de recogida o el estado del entorno de los contenedores, y denuncia que las preguntas sobre este asunto dirigidas al “opaco” gobierno local siguen esperando una respuesta, que se resume en “negar el problema o no hacer nada”.
