La residencia de mayores DomusVi de Aldán, intervenida por la Xunta de Galicia al descubrirse 105 positivos en coronavirus, se ha cobrado esta madrugada su sexta víctima mortal. Esta muerte se suma a las producidas en el día más negro que se ha vivido en el geriátrico desde el estallido de la crisis sanitaria en Galicia y que dejaba cinco fallecidos: dos de ellos estaban ingresados en el hospital Povisa de Vigo y los otros tres permanecían en las instalaciones.

Al mismo tiempo que aumentan los fallecidos en la residencia de Aldán, crece el número de infectados entre los residentes: si la cifra aportada por el departamento autonómico era de 105 personas a última hora del lunes ayer ese número subía a 108 sobre un total de 150. Lo mismo ocurre con el personal. Inicialmente ayer se informaba de que había 15 trabajadores que habían dado positivo por el Covid-19, pero por la tarde ese número era de 17.

Por otra parte, el realojo en la residencia de mayores de Panxón está pendiente del resultado de un segundo test para confirmar los negativos mientras, se anuncia que la Brigada Ligera Aerotransportable Brilat está previsto que mañana vuelva, como sucedió el sábdo, a desinfectar el centro de Aldán.

Un silencio inhumano

La dramática situación que se vive en las residencias de mayores de Vigo y su entorno a causa del coronavirus está siendo especialmente difícil para los familiares de los residentes. No solo por el precario estado de salud de sus seres queridos, muchos de ellos infectados, sino especialmente por las condiciones en las que están viviendo en el interior de los geriátricos y la falta de información por parte de la dirección de los centros DomusVi de Barreiro y Aldán (Cangas). Esa "inexistente" comunicación está provocando un importante malestar entre los familiares.

"Ellos (los ingresados), están desesperados porque están encerrados allí y aislados en sus habitaciones. Y nosotros estamos desesperados porque no nos dicen nada. Desde que empezó la pandemia, los responsables del centro solo me han llamado una vez para ponerme al día de la situación", denuncia Jorge Alfaya, cuyo padre de 92 años, que dio negativo en la prueba del coronavirus, se encuentra en la residencia de Barreiro.

La realidad descrita por Jorge Alfaya la comparten la mayoría de los familiares de los usuarios de los geriátricos de Barreiro y Aldán, los dos centros con un mayor número de infectados. La incertidumbre es tal que muchos de ellos ni siquiera conocen si su ser querido ingresado en la residencia ha dado positivo en el test de la Covid-19.