Volvía a soplar el viento ayer a través de esas rendijas de las casetas de los marineros, cuál si fuera un alma que ganara el diablo. Ni el Concello de Cangas, ni la Cofradía de Pescadores ni Portos de Galicia supo solventar el problema de contaminación acústica, como ahora se dice, que supone el diseño ese de las casetas. Y eso que Portos de Galicia intentó aliviarlo obligando al arquitecto a realizar algunas reformas, pero no lo consiguió y no consta a la opinión pública como quedó el expediente ese que decía que se le había abierto tras la reforma, que no arregló más que restar dinero a las arcas públicas. Por descontado que no son los cantos de sirenas de los que hablaba Homero en su Odisea.
Cenas de Navidad y otras experiencias
Hay ahora comidas y cenas de Navidad y también hay otras reuniones alrededor de una mantel en las que se pretende conseguir un candidato.Y, al parecer, atracan en puerto miembros de la cúpula del partido que busca candidato como esa musa en paro que buscaba poeta. Lo hacen con gran aparato lumínico detrás. En fin, esto, como las religiones y el fútbol, es una cuestión de fe, más que de la razón.
