La empresa constructora del tercer y último subtramo de la autovía de O Morrazo, la UTE formada por Covsa y Taboada y Ramos, cuenta ya con el gran lanzavigas que ayudará a acelerar la construcción del segundo viaducto de A Fraga en esta zona de Meira. Las piezas están llegando poco a poco esta semana mientras se ultiman los últimos retoques de las pilas que sostendrán el viaducto.

A lo largo de la próxima semana comenzarán a montarse sobre las pilas las primeras vigas. Este es el trabajo previo a la construcción del tablero sobre el que se extenderán las capas de aglomerado y de rodadura. Tras ejecutarse los mayores desmontes de la obra, sobre todo el que actuaba en el gran talud de O Meixueiro, la construcción del segundo viaducto de A Fraga pasa por ser la estructura más compleja de lo que resta de obra en el desdoblamiento del Corredor.

A mediados de septiembre se construyeron las dos últimas pilas: La pila 7, que tiene 39 metros de altura, y la pila 8, con 31 metros. El segundo viaducto de A Fraga se está construyendo hacia la cara norte del antiguo. En su punto más alto mide 62 metros de altura y surca el curso de agua homónimo. Está constituido por nueve vanos, de los cuales ocho son de 36 metros de longitud y el último de 42 metros. Al contar con una curva más amplia, su longitud total es ligeramente superior a la de su viaducto gemelo.

La intención de los operarios es finalizar esta estructura antes de final de año. Si no se producen retrasos por factores externos como el mal tiempo la autovía de O Morrazo podrá estar completa, hasta la primera salida de Cangas, a lo largo de la primavera de 2019.