El jardín que ahora se utiliza como un pequeño espacio para el estacionamiento de vehículos en plena calle Ramón Cabanillas y que pasará a ser zona verde junto con el espacio ganado al derribar la vivienda abandonada anexa, era hasta el año 2012 un auténtico vertedero irregular situado en pleno casco urbano.
Separado de la céntrica calle por un pequeño muro, vecinos y comerciantes venían denunciando desde hacía años que la maleza y la basura y escombros arrojada por muchas personas generaba olores e incluso plagas de ratas.
El 14 de junio de 2012 se tiró el muro y comenzó la limpieza de una parcela de unos 30 metros cuadrados de la que se llegaron a retirar hasta cuatro camiones de desperdicios y escombros de todo tipo. Unos 30 metros cúbicos de basura que se escondían tras un pequeño muro.
Además de la necesidad de zonas de esparcimiento, el derribo de la vivienda cedida por una promotora al Concello también busca acabar con el peligro que supone el precario estado de este inmueble.
