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Costas entrega la senda entre Aldán y Vilariño incompleta al no ceder terreno un propietario

La pasarela finaliza en las rocas, junto a uno de los hórreos, para no dañar una antigua parra en el trazado -El Concello propuso circundar la finca, pero su plan fue rechazado

El paseo acaba con unas escaleras a pie de un hórreo. // G.Núñez

La senda peatonal que debería unir la Alameda de Aldán con la playa de Vilariño ya ha sido entregada por la empresa Martisa, ejecutora de las obras por encargo de Costas del Estado, aunque sin cumplir el objetivo inicial de comunicar ambos puntos ante la negativa de uno de los propietarios a ceder una viña afectada, por motivos "sentimentales" .

El Concello empleó varios años en negociar las cesiones con los seis dueños de fincas incluidas en el proyecto y logró su propósito con cinco de ellos, pero no con la última del trazado, en el lado de Vilariño. Para darle salida, propuso a Costas una solución alternativa, a través de una pasarela de madera elevada que circunde la finca, pero el departamento estatal la rechazó, lo que deja la senda a los pies de uno de los hórreos ubicado ubicado sobre las rocas y obliga a los senderistas a volver sobre lo andado hasta el punto de partida.

La obra, encauzada bajo el mandato municipal de José Enrique Sotelo -que realizó numerosas gestiones ante el Servicio Provincial de Costas para materializarla y llegó a manifestar que había sido una "de las más difíciles de negociar" en su etapa como alcalde, debido a las reticencias de los dueños de las fincas a ceder el paso-, tenía un presupuesto de 108.130 euros y un plazo de ejecución de dos meses desde finales de mayo, aunque se prolongó durante el verano. L a longitud total ascendía a 219 metros (132 de pasarela de madera y el resto en pavimento de xabre), pero el tramo finalmente ejecutado es algo menor. Tiene una anchura de dos metros, excepto en la conexión con la alameda, donde se optó por una rampa algo más ancha para facilitar el acceso de personas discapacitadas. Aún así, algunos usuarios echan en falta que otra de las bajadas solo sea posible a través de escaleras, lo que impide su uso por personas de movilidad reducida.

Las circunstancias en que se ha desarrollado el proceso -iniciado por el gobierno municipal y rematado con el tripartito- y el hecho de que no se haya completado la comunicación entre Aldán y Vilariño deja en el aire la inauguración oficial de la senda, que nadie parece dispuesto a protagonizar.

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