Los dos tripulantes del barco pesquero "Punta Robaleira Un", de Bueu, lograron salvar la vida ayer por la mañana tras volcar la embarcación, de entre 8 y 10 metros de eslora, en la que faenaban al pulpo frente a la Costa da Vela, en Cangas, gracias a la rápida actuación de marineros de una treintena de barcos que trabajaban en la zona, en su mayoría de la Cofradía de Aldán, y otros que se desplazaron desde Bueu, y que de inmediato fueron en su auxilio. Según confirmaron los propietarios del "Punta Robaleira" cuando llegaron al muelle de Bueu tras el rescate de la embarcación, en el momento del siniestro se encontraban a bordo el propio dueño Avelino Patiño Méndez, de 55 años, y su hijo, del mismo nombre y de 19 años. Otros testigos apuntan a que era Avelino Patiño (hijo) y otro marinero de Bueu, de edad más avanzada. Salvamento Marítimo no facilitó ayer la identidad de los tripulantes.

Padre e hijo aseguraban ya en el muelle y sobre lo sucedido, que eran las diez y media de la mañana cuando el segundo de ellos dio aviso a través del teléfono móvil a un marinero amigo que estaba cerca, de que el barco había sufrido una vía de agua y que se estaba hundiendo. Entre las causas del hundimiento que se barajan está la entrada de agua por la rotura del manguito del motor, de una tubería o de la manguera de escape. El buque se encontraba en buenas condiciones e incluso su propietario le había cambiado el motor en junio del año pasado. La embarcación se encontraba a una milla al suroeste de Cabalo de Aldán, a unos 900 metros de tierra, y según apuntó el hijo, se disponía a regresar a tierra tras la jornada de pesca.

Suso Portas Pardavila, que trabajaba también al pulpo a bordo de su planeadora "Felemar", les había visto cinco minutos antes y nada hacía presagiar el posterior desenlace, ya que las condiciones del mar eran buenas. Este marinero de Pinténs (O Hío) asegura que de repente vio salir del mar solo la proa del barco, en vertical. Ya estaba medio hundido y si no se iba al fondo era por el aire que todavía había en su interior.

De inmediato Suso Portas Pardavila puso rumbo hacia ellos y cuando llegó a la zona del hundimiento se encontró a los marineros ya en el mar, uno agarrado a una de las boyas de las nasas, y casi sin fuerzas; y al otro agarrado a la proa. Unos minutos más, y los marineros ya no tendrían fuerzas para seguir a flote. Ambos se pusieron a salvo a bordo del "Felemar", en donde permanecieron una media hora hasta que hicieron el trasbordo a otra embarcación de Bueu. Pardavila ya no supo nada más de ellos.

Los marineros que se encontraban faenando a esas horas de la mañana en la Costa da Vela coordinaron un dispositivo de rescate, en el que también participó, en un primer momento, la Cofradía de Aldán, desde tierra, a través del patrón mayor, José Manuel Gregorio, que movilizó a bateeiros; mientras que desde Bueu, su patrón mayor y pulpeiro también, José Manuel Rosas, movilizaba a varias embarcaciones para dirigirse, con él también a bordo, a la zona del hundimiento. La lancha de Salvamento de Cangas, Salvamar Mirach, acudió hasta el lugar, pero no llegó a participar en las labores propias de remolque del barco. La mujer del patrón del "Punta Robaleira Un", Gloria Méndez, también se desplazó hasta el lugar. Allí, el buzo de la embarcación de Cangas "Nuevo Camarón" fue el primero en sumergirse para comprobar la situación de las nasas, mientras que otros que llegaron desde Bueu, pertenecientes a Servisub, realizaron los trabajos para el remolque de la embarcación. El pesquero "Mari Flora", con el apoyo de una planeadora, fue el encargo de remolcar al "Punta Robaleira" al puerto de Bueu. Llegó pasadas las 14.30 horas al muelle de Banda do Río y quedó en el varadero para las reparaciones.