Los barracones militares de Cabo Udra-o más bien lo poco que quedaba de ellos- ya son historia. No sólo por la relevancia histórica que tuvo su construcción en la parroquia de Beluso durante la Guerra Civil sino también porque ayer fueron demolidos. Ahora comenzarán los trabajos para su reconstrucción pero con algunos cambios. El más importante se refiere a la finalidad ya que las nuevas instalaciones albergarán un proyecto largamente esperado en los últimos años, el aula de la naturaleza de Udra.
La construcción de los barracones data de los primeros meses de la Guerra Civil española. Las tropas de Franco se percataron de la importancia estratégica de la zona, desde la que se divisa a la perfección toda la Ría de Pontevedra, y decidieron construir unas instalaciones permanentes. En un primer momento dependió del "Regimiento de Artillería Rías Bajas" y más tarde del "Regimiento Mixto de Artillería Número 3". El complejo militar estuvo activo hasta la década de los años sesenta pero durante los años posteriores aún hubo quintos que fueron enviados a la zona a realizar el servicio militar obligatorio aunque según algunos vecinos de la parroquia su presencia era prácticamente testimonial.
Las dependencias militares se construyeron sobre montes comunales y hasta la década de los años ochenta el Gobierno pagaba un canon al Concello de Bueu por la ocupación de los terrenos. Con la llegada de la democracia, la corporación municipal solicitó al Ministerio de Defensa la extinción de ese convenio y la devolución de los terrenos, algo que fue aceptado.
El complejo no sólo estaba formado por los tres barracones. También se construyó un polvorín y un puesto de mando-que todavía se conservan y que no se demolerán- y se instalaron tres baterías o cañones. Eran tres piezas denominadas "Munáiz-Argüelles" -en referencia a los ingenieros que las diseñaron- y en la actualidad se encuentran dispersas por varios lugares de Pontevedra, como el cuartel de Figueirido. Antes también había una en el antiguo cuartel situado en Campolongo.
