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Un río víctima del maltrato

El Asneiro, a su paso por Botos, vuelve a registrar vertidos

Algunos vertidos casi habían desaparecido ayer. // Bernabé/Javier Lalín

El Asneiro es, junto con el Deza y el Arnego, uno de los principales ríos que discurren por la comarca. Sus aguas soportan desde hace décadas vertidos de purines y otros productos, en casos derivados de la actividad industrial, que condicionan su propia biodiversidad. Si focalizamos el problema en el curso que atraviesa el polígono de Botos, una de los principales problemas radica en que la depuradora es incapaz de gestionar la producción que le llega de las empresas y es frecuente que se produzcan desbordamientos que acaben en el lecho del río. Esto acontece más allá de que las empresas de Botos cumplan o no estrictamente con las medidas medioambientales, pues existen factorías que incluso disponen de sus propios procesos depurativos previos.

El martes por la tarde varios pescadores se percataron de la existencia de balsas de un producto de color blanco que se asemejaba a jabón o algo semejante. Estas manchas se extendían río abajo desde las proximidades de la EDAR y eran perfectamente visibles desde varios puntos. Fuentes consultadas, entre ellas el biólogo lalinense Martiño Nercellas, aseguran que los vertidos de espuma y de productos de limpieza procedentes del polígono de Botos "son recurrentes". A la espera de las conclusiones que fruto de la investigación saque Aguas de Galicia, estos restos podrían proceder de trabajos de limpieza en algunas naves del recinto empresarial que llegan a la EDAR, desbordan su capacidad operativa y la acaban sobrepasando.

"Con toda certeza hay un problema en el diseño de la depuradora, que está infradimensionada y así acontecen estos vertidos", manifiesta Nercellas. Lo oportuno sería conocer qué clase de controles y diagnóstico tiene la administración autonómica sobre estos episodios en el Asneiro. "La situación del río, en cuanto a la calidad de las aguas y en estas condiciones, es ambientalmente precaria y es un problema", razona el científico lalinense.

Pontiñas

En otro orden de cosas, los restos de vertidos procedentes de purines en fincas anexas al Paseo do Pontiñas han vuelto a llegar al las proximidades del cauce fluvial de este espacio natural lalinense. El olor es el primer síntoma que perciben los usuarios del paseo, pero echando un vistazo a los predios anexos al trazado se pueden ver regueros de un líquido de color pardo de que desprenden un fuerte hedor. Estas prácticas fueron denunciadas públicamente en numerosas ocasiones como en tantas han vuelto a repetirse. En zonas de remanso incluso aparecen de vez en cuando restos de espuma.

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