Francisco Álvarez Aragón está al frente del departamento de Prevención de Riesgos Laborales de Povisa, por lo que ha sido el encargado de diseñar el dispositivo para proteger a los trabajadores durante esta pandemia. Un dispositivo que consiguió que solo 22 trabajadores de los cerca de 1.400 que tiene el hospital pasasen el coronavirus, es decir, una tasa del 1,6%. La mayoría, además, tuvieron el Covid-19 de una forma muy leve y sin complicaciones médicas.
-¿Cuál es la clave de la tasa tan baja de contagios entre los trabajadores sanitarios de Povisa?
-Lo fundamental es la implicación de los empleados y estas cifras las hemos conseguido entre todos. Y luego la previsión. Nos adelantamos en las compras en este mercado tan convulso. Pudimos conseguir EPIs, que no faltaron en ningún momento, días antes de que prácticamente se agotaran para todos, así que la coordinación con logística y con compras ha sido fundamental. Además, hemos formado a más del 60% de los trabajadores sanitarios y a todos los que trabajan en zonas Covid-19. También creamos un protocolo en donde hemos evaluado todas las compras. Ante la avalancha de productos fake, nos hemos inventado una especie de laboratorio muy casero para destripar las mascarillas a ver si cumplían con toda la normativa. Veíamos si tenían las capas necesarias, les sometíamos a test de resistencia de líquidos... Hemos rechazado algún producto porque por ejemplo tenían unas gomas demasiado cortas para las orejas y podían producir un daño terrible.
-¿Han encontrado muchas remesas de mascarillas defectuosas?
-Hemos desechado muchas mascarillas que se nos vendían que eran una cosa y cuando las abríamos y les hacíamos pruebas comprobábamos que eran falsas y obviamente nunca llegaron a los trabajadores. Afortunadamente no fueron muchas porque seleccionamos muy bien a los proveedores. Todo lo que entra tiene que pasar siempre por el departamento de prevención. Para verificar todo el material que llegaba se nos ocurrió hacerle toda una serie de ensayos en esa especie de laboratorio y con métodos caseros. No eran pruebas estandarizadas pero nos permitieron retirar de la circulación mascarillas que no tenían la calidad suficiente, que tenían certificados falsos o que decían que eran impermeables y que no lo eran.
-A nivel de material, ¿estarían preparados para afrontar un nuevo rebrote y afrontar una segunda oleada del virus?
-Sí, porque estamos desarrollando un plan de contingencia para prever esa famosa segunda ola. Hemos hecho un acopio aún mayor de EPIs, los circuitos están ya perfectamente marcados, los profesionales ya están formados...
-En hospitales como el Cunqueiro se ha prohibido a los usuarios entrar con guantes
-Hace tiempo que tomamos esa medida. No estamos nada de acuerdo con el uso de guantes salvo para atender algún paciente y alguna acción específica para los que sea necesario. Es más, tenemos claro que el uso de guantes como segunda piel es perjudicial. Si un paciente llega al hospital con ellos puestos, se le pide que los tire en unos cubos habilitados para ello. Lo mismo que cuando llegan con mascarilla FPP2 con válvula, le pedimos que se la quite y se ponga una quirúrgica.
-¿Alguna otra medida que se le solicite a los pacientes a modo de prevención?
-Estamos tomando la temperatura en la entrada. El otro día me comentaban los compañeros que no son muchos los que tienen fiebre.
-¿Se han relajado las medidas de protección entre los sanitarios o se mantienen?
-Se mantienen. Una de las directrices desde el inicio es que todo el personal del hospital debe utilizar mascarilla quirúrgica sea del servicio que sea y en las zonas con sospecha de Covid se siguen utilizando EPIs. Y todos los pacientes tienen que seguir entrando con mascarilla. Si un usuario llega sin ella, se le facilita una quirúrgica.
-¿Han tenido problemas de remesas de test defectuosos?
-No hemos utilizado los test rápidos, en el estudio de seroprevalencia que hemos hecho hemos usado un sistema de análisis de sangre de un laboratorio de Madrid. Las famosas pruebas defectuosas no llegaron a Povisa.
