La epidemia se estabiliza y retrocede. Pero las medidas de precaución no deberían hacerlo, al objeto evitar repuntes. En esta línea, el Hospital Povisa ha adoptado algunas nuevas y extraordinarias para blindarse durante la fase de desescalada y progresiva vuelta a la normalidad de la actividad asistencial. Como el resto de los centros del grupo Ribera Salud, tomará la temperatura de forma generalizada a todos aquellos que accedan a sus instalaciones para garantizar que es menor de 37,5º. También será obligado el uso del gel hidroalcohólico a la entrada y se repartirán mascarillas a quienes no la lleven puesta.

Las visitas deberán estar debidamente justificadas y no se permiten aglomeraciones en ningún espacio. Tampoco acompañantes, salvo algunas excepciones: mujeres que acuden a dar a luz, menores, personas con diversidad funcional y otros casos de personas vulnerables.

El metro y medio de distancia de seguridad interpersonal será obligatorio. Para ayudar a respetarlo, en muchos espacios se ha marcado con vinilos en el suelo. Incluso se han identificado los asientos que podrán usarse en la sala de espera.

Entre el personal, se ha extendido el uso de pijamas y batas y se ha reforzado el circuito de lencería. Además, se ha iniciado la "realización de test masivos" tanto a los sanitarios del centro como al personal de los servicios externalizados. en todo el grupo Ribera Salud se harán más de 7.000 pruebas rápidas de detección de anticuerpos.

Por otra parte, los pacientes con coronavirus ingresados en Povisa han recibido un centenar de cartas anónimas de ánimo y apoyo, muchas de ellas escritas y remitidas por niños.