Tensión regional

La OEA condena el asalto de la policía ecuatoriana a la embajada de México

El foro americano no acepta las explicaciones de Ecuador en el incidente del arresto del exvicepresidente Glas

Fotografía del lugar asignado para el representante de México en una reunión del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) este martes.

Fotografía del lugar asignado para el representante de México en una reunión del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) este martes. / EFE/Lenin Nolly

Abel Gilbert

Ecuador no pudo convencer a la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la pertinencia del asalto de la embajada mexicana en Quito para capturar al exvicepresidente, Jorge Glas. El foro continental rechazó la embestida contra la legación diplomática que ha motivado la ruptura de las relaciones entre ambos países. El presidente ecuatoriano Daniel Noboa recibió además dos señales de su aislamiento. Luiz Inacio Lula da Silva llamó a su colega mexicano Andrés López Obrador para expresarle la solidaridad brasileña. Estados Unidos también tuvo esta vez palabras más duras contra la acción del Estado ecuatoriano.

En este contexto se celebró la reunión de la OEA en Washington. Su secretario general, el uruguayo Luis Almagro, fue enfático en sus palabras. "No hay duda que las acciones emprendidas por las autoridades ecuatorianas contra la sede diplomática de México afectan gravemente los principios fundamentales del ordenamiento jurídico internacional, tan valiosos al sistema interamericano desde sus inicios: la inviolabilidad de las misiones diplomáticas, y la solución pacífica de las controversias".

Ese criterio fue compartido por todos los países. "Hay líneas rojas que no pueden cruzarse en las relaciones entre los Estados", dijo el representante brasileño, Benoni Belli. "Es inaceptable justificar acciones que atentan contra los principios básicos de las reglas que rigen la convivencia pacífica", señaló en nombre de Panamá, María del Carmen Roquebert León. "Es un precedente funesto", dijo el hondureño, Carlos Roberto Quesada López.

"No podemos admitir que quede como precedente lo ocurrido en Quito este fin de semana. Debemos exigir que se retome la senda de la legalidad internacional, en pleno respeto a las normas y se restituya la situación a su estado anterior", remarcó en ese sentido Almagro. Recordó a su vez que la inviolabilidad de las misiones diplomáticas es "norma consuetudinaria central" en las relaciones entre Estados. "Los casos en que esta norma ha sido violentadas son recordados por todos como manchas imborrables para aquellos que la cometieron".

Almagro llamó no obstante a que México y Ecuador resuelvan de un modo amistoso sus diferencias. "El capítulo quinto de nuestra carta constitutiva es determinante: ‘las controversias internacionales entre los Estados Miembros deben ser sometidas a los procedimientos de solución pacífica señalados en esta carta'".

Los argumentos de Ecuador

El vicecanciller ecuatoriano, Alejandro Dávalos, había asegurado que México obstaculizaba el "funcionamiento del sistema judicial ecuatoriano" al conceder asilo político a Glas. "La embajada mexicana no consideró y desmereció estos aspectos al permitir que el señor Glas permanezca en su recinto". El exvicepresidente y aliado de Rafael Correa era, al momento del ataque, un "prófugo de la justicia ecuatoriana". Además, hizo un llamado a la comunidad internacional para revisar y actualizar las normas sobre asilo diplomático. La representante de México ante el organismo, Luz Elena Baños, no participó en la reunión de emergencia de la OEA porque había sido convocada por Ecuador.

Pronunciamiento de Washington

En medio de las deliberaciones, Estados Unidos evitó esta vez la opacidad para comentar el asalto de la policía ecuatoriana. "Condenamos esta violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, incluido el uso de la fuerza contra funcionarios de la embajada", señaló el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan. Las medidas ordenadas por Noboa fueron "equivocadas". Su administración, "ignoró sus obligaciones bajo el derecho internacional como estado anfitrión de respetar" y "puso en peligro los fundamentos de las normas y relaciones diplomáticas básicas".

Horas antes, López Obrador había criticado la "ambigüedad" de Washington y también Canadá al momento de pronunciarse sobre ese episodio.