Batalla diplomática

Precedentes, asilo e impacto del asalto a la embajada de Quito: las claves para entender la crisis entre México y Ecuador

Tras la ruptura de relaciones bilaterales, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se propone denunciar a Ecuador ante el Tribunal Internacional de Justicia

Protesta ante la embajada de Ecuador en México, tras el asalto a la legación mexicana en Quito, este sábado.

Protesta ante la embajada de Ecuador en México, tras el asalto a la legación mexicana en Quito, este sábado. / BLOOMBERG

Abel Gilbert

La irrupción de policías ecuatorianos en la embajada mexicana en Quito para llevarse por la fuerza al exvicepresidente Jorge Glas, quien había sido acogido como refugiado político, encontró juntos, aunque con diferentes énfasis, a todos los países del continente, de Estados Unidos a Venezuela, pasando por Brasil, Colombia y Argentina. Ese hilo común de perplejidad que se ha extendido por Europa refuerza la posición mexicana. Tras la ruptura de relaciones bilaterales, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se propone denunciar a Ecuador ante el Tribunal Internacional de Justicia. Su argumento no encuentra reparos más allá de la presidencia de Daniel Noboase ha quebrado de manera "irreparable" la Convención de Viena que consagra el carácter "inviolable" de las misiones diplomáticas. Si bien el episodio tuvo su rasgo excepcional, trajo el recuerdo de otras violentas trasgresiones.

1. De Teherán a Quito

Al manifestar su estupor por el asalto policial, México pareció tener presente un episodio de mayor impacto mundial que involucró a su vecino. El 4 de noviembre de 1979, unos 500 estudiantes iraníes seguidores del ayatolá Ruhollah Jomeini, líder de la revolución islamista que había derrocado al Shah, Mohammad Reza Pahlevi, ocuparon la embajada norteamericana en Teherán. Washington consideró la toma como rehenes de 66 diplomáticos y ciudadanos de Estados Unidos como una violación del derecho internacional. Los asaltantes exigieron la extradición del monarca. El presidente James Carter aseguró que los cautivos eran víctimas "del terrorismo y la anarquía". La Casa Blanca prometió no ceder ante la extorsión de los ocupantes. Después de 444 días, las personas retenidas pudieron volver a su país. La llamada "crisis de los rehenes" perjudicó notablemente las aspiraciones de Carter de ser reelegido, al igual que el triunfo sandinista y la invasión soviética de Afganistán. En noviembre de 1980, el presidente perdió en las urnas ante Ronald Reagan, quien había realizado su campaña llamando a restablecer el poderío mundial estadounidense. México celebra sus presidenciales el 2 de junio. Los sucesos recientes han provocado por el momento un milagro político: el repudio de la candidata oficialista Claudia Sheinbaum, con ventaja de más de 20 puntos, así como su inmediata y altisonante seguidora de centro derecha, Xóchitl Gálvez, y Jorge Álvarez Máynez.

2. Golpe a la tradición de asilo mexicana

Para el diario mexicano 'La Jornada', el país ha recibido una afrenta a un aspecto nodal de su política exterior: el derecho al asilo. El nicaragüense César Augusto Sandino fue uno de los primeros beneficiados, en 1920. El presidente Lázaro Cárdenas tuvo en 1937 la audacia de acoger a León Trotski, uno de los líderes de la revolución rusa, quien tres años más tarde sería asesinado por agentes de Josef Stalin. "El asilo no supone por sí mismo afinidad de pensamiento, de propósitos o de tendencias entre el país que lo concede y el sujeto que se beneficia de él. Este concepto es tan evidente, que solo se expresa aquí para evitar interpretaciones desviadas", se vio obligado a explicar el presidente ante la indignación de los comunistas mexicanos aliados de Moscú. Cárdenas abrió las puertas de México a miles de niños y adultos españoles que huían de las garras del franquismo, entre ellos poeta Léon Felipe y el cineasta Luis Buñuel. Los hermanos Fidel y Raúl Castro pudieron ampararse bajo el mismo derecho. México refugió en 1976 al expresidente peronista Héctor J. Cámpora. Los militares argentinos, responsables de desapariciones en masa, no se atrevieron a romper la Convención de Viena. Cámpora abandonó el país tres años más tarde. López Obrador le otorgó asilo al peruano Pedro Castillo tras su destitución, en diciembre de 2022. "¿No eran acusados de comunistas los que venían huyendo a buscar protección a México desde la guerra civil española? ¿No les dimos nosotros protección a los judíos cuando la persecución de Hitler?", fundamentó frente a las críticas internas. Ese principio rector fue puesto en entredicho por policías ecuatorianos.

3. Uruguay, Cuba y Perú

Las escenas de la embestida en la legación diplomática en Quito reavivaron imágenes del pasado. En junio de 1976, Elena Quinteros, una maestra y militante anarquista que se oponía a la dictadura uruguaya, saltó el muro de la embajada venezolana en Montevideo. Personal diplomático intentó resguardarla. Sin embargo, fue sacada a la fuerza y llevada a un centro de detención. Nunca se supo más de ella.

Cinco años más tarde, en La Habana, Fidel Castro ordenó a un pelotón de Tropas Especiales entrar a la embajada ecuatoriana donde unos 30 cubanos habían tomado de rehén al embajador, Jorge Pérez Concha, para forzar una salida de la isla donde todavía estaban frescos los sucesos de la llamada Crisis del Mariel, que había comenzado con el refugio de miles de cubanos en la legación peruana y concluido con la partida en lanchas y botes de 100.000 personas por el puerto ubicado a una hora de La Habana. Las autoridades cubanas aseguraron que la toma de la embajada ecuatoriana se realizó con el consentimiento de Quito. "Ecuador no autorizó ni podía autorizar jamás que la sede de su embajada haya sido objeto de tal acción", respondió el presidente Jaime Roldós. A diferencia de los acontecimientos recientes, no hubo ruptura de relaciones.

La última incursión violenta a una embajada en América Latina tuvo lugar el 22 de abril de 1997 cuando el Ejército peruano liberó a sangre y fuego a la representación japonesa, que había sido capturada por la guerrilla del MRTA con 800 personas en su interior. Los insurgentes las fueron liberando de manera selectiva hasta que quedaron 73 rehenes. Uno de ellos falleció tras la orden dada por el autócrata Alberto Fujimori de recuperar el edificio.

4. Momento de desacuerdos regionales

La Organización de Estados Americanos (OEA) no dudó en censurar la decisión adoptada por Noboa. Se espera que haga lo mismo la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en las próximas horas. La presidenta hondureña, Xiomara Castro, quien asume el liderazgo temporal de ese organismo, fue la que convocó a una reunión de emergencia que concluirá con una previsible condena. Más allá de esas posiciones, el asalto a la embajada mexicana es coincidente con un momento de crecientes disidencias entre los países de la región. López Obrador, el colombiano Gustavo Petro y el venezolano Nicolás Maduro se sacan chispas con el ultraderechista Javier Milei. Caracas tensa sus vínculos con Brasil y Colombia por la situación electoral venezolana. Brasil y Argentina, socios históricos y pilares en Sudamérica, se dan la espalda. Venezuela bate tambores de guerra en su litigio limítrofe con Guayana. Bolivia mantiene pésimas relaciones con Perú y Paraguay con Argentina.

5. Problema interno y externo para Ecuador

Noboa no solo tiene un frente externo complicado después de haber dado una orden que todavía provoca desconcierto en el interior del país. Según el diario 'El Universo', de Guayaquil, en adelante el Gobierno tendrá que "navegar en aguas turbulentas" en la Asamblea Nacional (AN) tras la detención del correísta Glas. Revolución Ciudadana (RC), el partido del expresidente Rafael Correa ha decidido pasar a la oposición total frente a un Gobierno que respaldaba tímidamente tras su declaración del "estado de conflicto interno" por el desafío que había lanzado el narcotráfico. RC es la primera minoría parlamentaria y convertirá el legislativo en una caja de resonancia de su malestar. El Partido Socialcristiano analiza si se despega de Noboa.

El presidente, un aliado incondicional de Washington, enfrenta a fin de mes una consulta popular con la que intenta afianzar su proyecto político y ser reelegido en 2025. Mientras, los empresarios empiezan a hacer cuentas por los efectos económicos de la ruptura entre dos países que tienen un inocultable problema común: el cártel de Sinaloa es socio de Los Choneros, el principal grupo de delincuentes de Ecuador.

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