El tamaño mínimo para la captura del pulpo en Galicia es de 1.000 gramos desde 2007. La Xunta decidió elevar el umbral desde los 750 gramos contemplados hasta ese momento tras las consultas con las organizaciones sectoriales y, sobre todo, por los informes técnicos. A principios de ese mismo año, un estudio del Centro Superior de Investigaciones Científicas de Galicia (CSIC) alertó de que el tallaje en vigor era insuficiente para que el cefalópodo pudiese reproducirse con éxito y la administración autonómica optó por actualizar la orden de tallas mínimas de extracción en vigor para asegurar una explotación sostenible de uno de los reyes de la gastronomía.
Ese tamaño mínimo de 1.000 gramos se aplica en todas las fases de la cadena de producción y distribución del pulpo, “contada desde el momento de su captura hasta la fase de venta al por menor”, como recuerda la Consellería do Mar en el proyecto de orden que acaba a sacar a disposición pública para matizar el tallaje al que están sujetas las capturas. Se mantiene la misma filosofía de conservación, gestión y explotación responsable, racional y sostenible de los recursos marinos vivos, siguiendo la premisa de la ley de pesca de Galicia, pero con un fundamental cambio: la aplicación de un “margen de tolerancia” de hasta 50 gramos a la baja en el peso mínimo exigido.
“En el transcurso de estos años, las organizaciones sectoriales de la pesca de Galicia vienen formulando peticiones fundamentadas en que el pulpo, durante las fases de la cadena de producción y distribución, experimenta una disminución de peso alcanzando valores inferiores al tamaño mínimo reglamentario de 1.000 gramos”, explica el departamento dirigido por Rosa Quintana. Existe, según la consellería, “un informe sobre la comprobación y registro del peso del pulpo en determinados intervalos de tiempo” que da la razón a esos requerimientos. Pueden darse pérdidas de peso “debido a la sensible pérdida de agua”. “En consecuencia, nos podemos encontrar que ejemplares que alcanzan los 1.000 gramos de peso, sufran una pérdida de tamaño mínimo luego de su desembarque”, remarca el proyecto de orden.
Las evidencias han llevado a la Consellería do Mar a tirar de la opción de aplicar un margen de tolerancia previsto en el real decreto de regulación de la primera venta de los productos pesqueros. “Una vez comprobada la disminución del peso de pulpo –añade–, resulta conveniente mantener el tamaño mínimo de 1.000 gramos hasta el momento del desembarque, y un margen de tolerancia de 50 gramos aplicable una vez realizado y registrado el pesaje en el momento del desembarque”. La futura norma quiere dejar claro el momento exacto en el que se tendrá en cuenta ese margen. En la primera descarga, “entendida aquí como el momento del desembarque”, es obligatorio ajustarse a los 1.000 gramos de peso mínimo. La diferencia de 50 gramos “se produce una vez realizado y registrado en el momento del desembarque”.
“De este modo, con el fin de evitar valores de peso del pulpo inferiores al mínimo establecido por la legislación autonómica durante las fases de la cadena de producción y distribución, y por lo tanto, susceptibles de incumplimiento de lo establecido en la normativa vigente en materia de tamaños mínimos, se establece un margen de tolerancia de 50 gramos de pérdida de peso a los efectos de corregir estas diferencia y, en consecuencia, asegurar el cumplimiento de la normativa autonómica por parte de los operadores pesqueros”, señala la futura orden.

El pulpo está en veda desde el pasado día 19 y no se podrá capturar hasta el próximo 3 de julio. A la espera de la posible entrada en vigor del margen de tolerancia de 50 gramos, lo que sí se sabe ya es que la nueva campaña tendrá mayores cuotas por la recuperación de la especie. En los últimos 11 meses se comercializaron unas 2.400 toneladas de pulpo en las lonjas gallegas con un valor superior a los 20 millones