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Cinco cabos, 155 días y un récord del mundo

Cuatro de los tripulantes del “Astra", ayer en el barco Alba Villar

“¿Que si tenemos miedo? Seríamos estúpidos si no lo tuviéramos, pero ya hemos vivido el peor tiempo posible”. Hablar con Iain Macneil es hacerlo con un hombre ilusionado por lo que se antoja como una hazaña única. El Astra, el barco que adquirió para su compañía Witherby Publishing Group, está en Vigo ultimando la puesta a punto necesaria para partir a Lanzarote y, de ahí, a dar la vuelta al mundo. Aunque no una cualquiera. “Lo habitual es hacerla a través de los canales de Panamá y de Suez”, cuenta, “pero nosotros vamos a hacerlo por los cinco cabos más al sur”. El remolcador rompehielos de algo menos de 24 metros de eslora va a cartografiar los fondos marinos, pero lo hará bordeando los cabos de Buena Esperanza (Sudáfrica), Leeuwin (Australia), Sureste (Tasmania), Sur (Nueva Zelanda) y el cabo de Hornos (Chile). Todo ello en tan solo 155 días, un período nunca visto, con solo diez paradas y con una tripulación de tan solo cinco personas, entre ellos, el vigués Orlando Pérez, como avanzó FARO el pasado jueves. ¿El objetivo? Ser los más rápidos en completar una circunnavegación de este tipo en un buque de este tamaño. “El barco puede con todo”, asegura Macneil.

Desde la izquierda, la tripulación formada por Iain Macneil, Orlando Pérez, Carlos Casola, Michael Napier y Glenn Kensall. Alba Villar / I.M.

Al fondo de la dársena de Bouzas, frente a los astilleros y al resto de la ciudad, el Astra permanece con su tripulación a bordo ultimando la puesta a punto del motor y el resto de sistemas de la mano de Grupo Emenasa. Antes de esto, el capitán del barco –y también CEO de Witherbys– ya se encargó de exprimirlo al máximo para ver todas sus capacidades. “Ya hicimos 9.000 millas náuticas con él desde Lanzarote hasta el Ártico, volviendo por Suecia, donde trabajaba en el servicio de Salvamento antes de comprarlo, y trayéndolo de Escocia a aquí”, explica.

El escocés se encargó de comprobar la eficiencia del barco, de estudiar todo lo que le podía ofrecer haciendo él mismo todos los cálculos. “No hay nadie más detallista que él”, dicen tanto Pérez como los otros dos miembros de la tripulación a bordo, el también escocés Michael Napier y el cubano Carlos Casola. El único ausente, el jefe de máquinas Glenn Kensall, está de permiso estos días.

Aspecto exterior del buque. Pablo Hernández

En el puente, Macneil guarda en un cajón las cartas náuticas por las que le barco navegará a partir del 1 de diciembre de este año, con las diez únicas paradas previstas para repostar y descansar. De hecho, llevarán siete tanques extra de combustible a bordo, en la popa, para cumplir con el itinerario.

De la isla canaria de Lanzarote saldrán directamente a la de Santa Helena, situada a más de 1.800 kilómetros de la costa occidental de Angola. Allí les llevarán combustible desde Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, que será precisamente su próximo destino para atravesar el primero de los cabos, el de Buena Esperanza.

El barco con el que harán la travesía, el "Astra". Alba Villar

Una vez superada la zona, “que será un reto”, pararán en la ciudad de Durban antes de continuar hasta Mauricio. A partir de ahí tocará cruzar el Índico, hasta Fremante, cerca de la ciudad australiana de Perth. Superados los cabos de Leeuwin, Sureste y Sur, el barco llegará a Dunedin, en Nueva Zelanda, con solo un cabo más por superar. “Pero aquí está el gran desafío”, dice con los ojos iluminados Iain Macneil. Con la imposibilidad de ir directamente hasta Chile, el Astra irá primero a la isla de Tahití y, de ahí, directamente a la ciudad chilena de Valdivia. “Vamos a atravesar el llamado punto Nemo: el humano más cerca que tendremos estará en la Estación Espacial Internacional”, apunta el marinero polivalente Carlos Casola.

Dejando atrás Chile y cabo de Hornos, el tiempo decidirá si van a Montevideo, en Uruguay, o Stanley, en Malvinas. Desde allí a Río de Janeiro para posteriormente cerrar el círculo en Puerto Calero, en la isla española. Será a finales de mayo, si todo va bien. “Puedo decir con toda sinceridad que creo que tengo la embarcación a motor de 24 metros más capaz del mundo y que está a la altura de la circunnavegación prevista”, resalta Macneil.

Viaje especial

Como responsable de Witherbys, empresa homologada por la Organización Marítima Internacional (OMI), uno de los principales motivos parar emprender la ruta es la de actualizar las cartas náuticas. Sin embargo, como reconoce el CEO y capitán, haber cumplido los 50 este año es casi “la verdadera razón” para embarcarse –nunca mejor dicho– en esta aventura. “Lo que me emociona, y sospecho que también a cualquier navegante, es el desafío de pasar los cinco Cabos del Sur”, comenta Macneil, que vive el mar desde los 16 años. Junto Napier, Casola, Kensall y el vigués Pérez le espera una odisea de más de 22.000 millas de ruta. La odisea de los cinco tripulantes del Astra.

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