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La primera FP dual pesquera, un éxito: inserción laboral del 90%

Una de las reuniones para preparar la FP dual viguesa. Alba Villar

La formación profesional (FP) dual viguesa orientada al sector pesquero ha sido un éxito”. Así los transmiten desde las armadoras participantes en el proyecto que facilitaron el embarque de los 12 alumnos que cursaron el ciclo superior y que acaban de finalizar consiguiendo el título de mecánico mayor naval. De hecho, la mayoría de ellos se han quedado en los barcos en los que hicieron las prácticas, con una inserción laboral que desde la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) sitúan en el 90%. “Para las empresas la experiencia ha sido muy positiva y no hemos recibido ni una sola queja”, explica la responsable del servicio de formación de ARVI, Rosa Meijide. Desde el alumnado, por su parte, destacan el alto grado de aprendizaje al realizar las prácticas a bordo, ya que como explica uno de los alumnos, Iván Garrido, “dónde realmente se aprende es en un barco, con el día a día y con las manos en la masa”.

El curso impulsado por el Instituto Politécnico Marítimo Pesqueiro do Atlántico con la ayuda de ARVI comenzó en 2019 con la intención de ayudar a atajar la acuciante falta de relevo generacional en el sector. La idea principal era que el alumnado se formase mejor y más rápido al cumplir los días de mar necesarios ya durante el propio ciclo, además de saber lo que es la vida en el mar de primera mano.

Esta primera promoción comenzó con 15 alumnos. Tras la primera experiencia se quedaron 12, que fueron los que se embarcaron incluso durante la pandemia para sacar adelante las asignaturas y cumplir los días de mar. De ellos al menos 10 se han quedado en los buques en los que realizaron sus estudios. Uno es el propio Garrido, que asegura que recomienda el ciclo. “A mí me benefició porque en el tiempo del curso ya fui haciendo los días de mar. Además de todo eso creo que sales mucho más formado que a través de la formación ordinaria”, explica.

Parte de los alumnos que salieron en su primera marea, antes de la pandemia. Ricardo Grobas

De la misma opinión es Ibán Blanco, que realizó el curso en un buque de Gran Sol. “Me contrató la empresa y estoy muy contento”, explica. A su juicio, “lo bueno que tiene es que sabes de verdad lo que es el trabajo en un barco; a lo mejor hacías la teoría y al llegar no es lo que te esperas”. “A mí me vino genial”, resume Blanco.

Diego Parcero, por su parte, comenzó en un buque de Malvinas y ha acabado en otro de NAFO. “He ido a solicitar el titulo ayer [por el martes] para poder ir de oficial”, comenta, “y yo estoy encantado”. Como explica, el curso es “mucho trabajo”, pero recuerda que eso es precisamente lo bueno: “es a lo que vinimos aquí, a aprender y trabajar duro”.

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