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Alumnos de la FP dual viguesa embarcan de nuevo pese al COVID: “Se aprende a bordo”

Ibán Blanco, a bordo del Cantábrico Tres estos días en Gran Sol FDV

Siguen 12 de los 15 jóvenes que iniciaron el curso en 2019 y resaltan el éxito de la iniciativa: “El aprendizaje es constante” | ARVI quiere agrupar las prácticas sólo para el segundo año

La formación profesional (FP) dual viguesa orientada al sector pesquero prosigue pese a la influencia y los problemas de la pandemia. Y lo hace con éxito. De los 15 alumnos que en 2019 decidieron probar este ciclo superior de mecánico mayor naval, bien sea para iniciarse en el mundo del mar o para mejorar en su formación ya vinculada al sector pesquero, doce continúan con el objetivo de finalizar este curso listos para cubrir uno de los puestos más demandados dentro de la flota gallega. Todos ellos embarcaron ya –o están a punto de embarcar– para sus segundas prácticas en palangreros o en arrastreros de Gran Sol, NAFO y Malvinas. Desde la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), impulsores de esta formación junto al Instituto Politécnico Marítimo Pesqueiro do Atlántico, celebran el buen ritmo de la primera promoción, mientras que los alumnos resaltan el éxito en el aprendizaje: “A trabajar se aprende trabajando a bordo y no hablando”, asegura Diego Parcero, uno de los estudiantes.

La pionera FP dual viguesa (la segunda de este tipo tras la creada por los armadores de Celeiro, aunque la primera centrada en un ciclo superior) arrancó en 2019 con la intención de dar respuesta a uno de los principales problemas del sector pesquero: la falta de relevo generacional en la flota de larga distancia. El ciclo, cuya gestación fue publicada y seguida por FARO, estaba pensado para que los alumnos tuvieran la ocasión de saber lo que es el mar ya durante el propio curso, haciendo que su interés por el sector creciese y dando la oportunidad de alcanzar las prácticas obligatorias para ejercer y de poder hacerse un hueco en alguno de los buques de la flota.

Los primeros embarques comenzaron en enero de 2020, antes del estallido de la pandemia, y continuaron en este arranque de año con la segunda tanda. En el camino se quedaron sólo tres alumnos, el resto decidieron continuar. Es el caso, por ejemplo, de Diego Parcero, que asegura que solo tiene “palabras de agradecimiento” para las empresas. “Cerca de acabar el curso de lo que tengo ganas es de comerme el mundo, de seguir mejorando día a día y de seguir aprendiendo para ser un buen profesional en el sector y abrirme un hueco en él”, explica.

Desde uno de los buques faenan en aguas de NAFO, frente a Canadá, Parcero señala que “el aprendizaje es constante, siempre bajo la tutela de los supervisores”. De la misma forma opina Iván Garrido, en este caso desde Malvinas. “Los tutores y oficiales del departamento de máquinas se vuelcan bastante con los alumnos y aportan mucho, por lo menos en estos dos embarques que hice”, indica.

Aunque ambos reconocen que al final cualquiera puede tener una mala experiencia, creen que en general el alumnado “está bastante contento” con el ciclo. También para aquellos que ya sabían lo que es el mar, como Diego Ángel Carrillo. “No era algo nuevo para mí, pero a nivel de aprendizaje está muy bien”, comenta el cangués, que incluso realizó una marea extra con la armadora, con la que ya tenía relación antes de iniciar el curso (en su haber tiene ya el ciclo medio).

Ibán Blanco, por su parte, está estos días en el histórico caladero de Gran Sol. Aunque reconoce que realizar los deberes escritos a bordo se hace muy difícil –“aquí hace muy mal tiempo y es difícil ponerte a hacer trabajos en estas condiciones”– la FP dual “te permite ver lo que es el mar”. “Es lo bueno que tiene esto; Yo estoy contento porque a nivel práctico está muy bien”, resume.

Vuelta de tuerca

Desde ARVI están empeñados en poner coto a la falta de tripulantes y, por este motivo, siguen pensando en formas de darle una nueva vuelta de tuerca. Además de continuar a la espera de poder arrancar con la creación de una FP dual centrada en el curso de patrón de altura, la cooperativa también está valorando una serie de modificaciones en el ciclo de mecánico mayor naval para hacerlo más eficiente, tanto para los alumnos como para las propias armadoras. Fuentes de ARVI explican que están barajando una modificación por la que los estudiantes pasen un año entero formándose en tierra y ya en el segundo compaginen el aula con el mar. “De esta forma los chicos tienen un año entero de aprendizaje y da tiempo a gestionar lo necesario para poder embarcar, en lugar de hacerlo todo acelerado”, comentan las mismas fuentes.

Con esta medida quieren evitar que los alumnos embarquen con tan solo tres meses en el instituto, evitando un choque importante en el momento en el que inician la primera marea. Pese a que son conscientes de la desventaja que supone que solo sean en torno a seis meses de embarque, destacan que si las prácticas fueran bien las armadoras pueden ampliarlas directamente con el alumno. “Así las armadoras tampoco están comprometidas para un año entero”, concretan las mismas fuentes.

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