La patronal pesquera de la Unión Europea, Europêche, lanzaron ayer un llamamiento a los consumidores comunitarios para que dejen de consumir pescados noruegos y a los minoristas y proveedores de alimentos a detener las compras de productos del mar capturados por ese país. El motivo no es otro que la apropiación ilegal del cupo de bacalao en aguas de Svalbard y la autoasignación de caballa, hechos que amenazan a la supervivencia de la industria pesquera y a las poblaciones de estas especies.

De igual forma, insistieron en la necesidad de que el contingente arancelario para la caballa, adelantado por FARO, no sea aprobado como medida de presión contra Oslo. De hecho, las 22.500 toneladas con tarifa cero para este año y el siguiente a propuesta de Bruselas podrían no figurar en el texto final para enviar así un mensaje contundente, tal y como reclaman España, Francia, Alemania y Portugal, entre otros.

El director general de Europêche, el vigués Daniel Voces, cree que “Noruega parece haber abandonado el camino del diálogo y la cooperación”. “Con estas decisiones, el Gobierno noruego está mostrando un desprecio flagrante por el derecho internacional y una falta de respeto hacia la UE como socio y aliado”, explica.

“Los ciudadanos de la UE deben saber que ahora se cuestiona la legalidad y la sostenibilidad del pescado procedente de Noruega”, añade Voces, cuya organización califica de “comportamiento inaceptable y desleal” los movimientos de Noruega.

Sería escandaloso e indignante que la UE continúe otorgando acceso preferencial al mercado de productos del mar procedentes de un país que se ha apropiado ilegalmente de la cuota comunitaria”, recalca el director general de Europêche.