Este segmento de flota está compuesto principalmente por buques de firmas vascas, cuyas tripulaciones cuentan con un alto porcentaje de marineros gallegos, especialmente de puente y máquinas. La flota es de las que más problemas tuvieron con la pandemia, sobre todo en lo referente a los relevos de tripulaciones (durante el primer semestre de este año se prevé el relevo de un total aproximado de 1.200 tripulantes) y a los brotes a bordo, como sucedió en caladeros clave como el de Seychelles, en el Índico. De hecho, sigue sucediendo. “Todavía la semana pasada hubo casos con barcos españoles, que tuvieron problemas allí por eso”, explican las mismas fuentes.
Tanto la patronal pesquera Cepesca como la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP) ya manifestaron de forma pública y ante las administraciones la necesidad urgente de tomar cartas en el asunto desde el Gobierno central, especialmente facultando al Instituto Social de la Marina (ISM) para proceder a administrar el remedio de forma generalizada entre las tripulaciones españolas.
De hecho, tal y como informó FARO este lunes, el instituto también entiende esto como la opción más viable y así se lo hizo saber al Ministerio de Sanidad, por lo que se espera novedades en los próximos días.
Críticas
Mientras, de fondo, crecen las críticas en las comunidades autónomas con alta dependencia pesquera hacia sus gobernantes por la decisión de País Vasco. De hecho, las cofradías cántabras pidieron la dimisión de su consejero de Sanidad la semana pasada. “Los atuneros le hemos pedido a la Xunta que nos considerara estratégicos y nos han dicho que la vacunación es cosa del Gobierno central”, recuerdan desde el sector, que lamentan que “al final todo es política”.
Las esperanzas del sector pesquero siguen estando en la llegada de las vacunas monodosis creadas por Janssen, lo que sería una solución perfecta para cubrir las particularidades de la flota de larga distancia, como ya defendió la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI). El tener que suministrar dos dosis pone en jaque a flotas que se van durante largos meses, como es el caso en Vigo de los barcos que parten con tripulaciones gallegas para faenar en aguas de Malvinas.
Los buques, ahora en plena primera campaña del calamar, vivirán una situación parecida a la de los atuneros vascos este verano, cuando lleguen para su parada, momento en el que esperan que los marineros puedan ser vacunados lo más rápido posible antes de volver a embarcar. Con ello se evitarían los brotes sufridos a bordo a principios de año, que retrasaron su salida para la primera de las dos campañas y que obligaron a parar dos barcos en Brasil y Uruguay tras detectarse casos positivos.