Los problemas que atravesó la flota gallega (y española) durante el año 2013, motivados por la escasez de cuotas y los altos costes de gestión, hizo que el número de convocatorias para abandonar la actividad aumentase el año pasado, así como los fondos destinados a la paralización definitiva y el número de solicitudes presentadas por los buques de la comunidad. La renovación de estos fondos está ahora en manos de las autoridades europeas, que todavía no cerraron el nuevo Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP), del que dependen los subsidios al desguace.

La Xunta destinó a lo largo del pasado ejercicio 17,16 millones de euros a subvencionar estas salidas de la actividad, lo que supone un incremento del 38% respecto a la partida de 2012. Y a esto hay que sumar los casi siete millones adicionales que anunció el Gobierno para la flota expulsada de caladeros como Mauritania y los buques afectados por el plan de recuperación de la merluza del norte.

En total, fueron 125 las solicitudes presentadas para desguazar barcos tanto de altura como de bajura a lo largo del pasado año, frente a los 76 que se registraron en el ejercicio anterior.