Dalí interpretado

En su nuevo libro, Ignacio Gómez de Liaño analiza varios aspectos de la obra del genial artista catalán

Salvador Dalí. |   // FDV

Salvador Dalí. | // FDV / Francisco R. Pastoriza

Aunque han pasado 23 años de la muerte de Salvador Dalí, su figura vuelve con frecuencia a la actualidad bajo los más diversos pretextos. Un periódico revelaba hace unos meses que el artista quiso fundar una religión supremacista de carácter nazi, otros informaban de localizaciones de nuevos falsificadores de sus obras, del robo de dos de sus dibujos en Barcelona y de la detención de una banda de ladrones que habían sustraído otras tantas litografías en la residencia de la viuda del arquitecto Ricardo Bofill en Cadaqués. Se ven con frecuencia en la televisión documentales sobre el artista y sobre Gala, se siguen organizando exposiciones de sus cuadros en todo el mundo y se publican libros que tratan de aportar nuevas interpretaciones de su obra. Uno de los más recientes es un ensayo de Ignacio Gómez de Liaño, escritor, profesor de Estética y amigo de Dalí, a quien trató hasta el final de su vida y a quien dedicó varios libros. Con el título “Dalí descifrado” (Ediciones Asimétricas) el profesor Gómez de Liaño ha reunido varios textos publicados en diferentes medios con el fin de ofrecer interpretaciones coherentes de aspectos diversos de una obra artística considerada como una de las más importantes del siglo XX.

Gómez de Liaño inicia sus visiones de la obra de Dalí haciendo un recorrido por el Museo de Figueres, que el autor relaciona con el inacabado Teatro de la Memoria, del humanista del Renacimiento Giulio Camillo, cuya construcción costeaba el rey Francisco I de Francia y que pretendía aunar una visión utópica de todo el conocimiento universal. El Museo sería, según Gómez de Liaño, la manifestación de la propuesta de Dalí de “salvar al arte de la depauperización, trivialización y primitivismo en que lo habían ido postrando la prisa y otras circunstancias de este siglo de las masas que es el siglo XX y que sigue siendo lo que llevamos del XXI”. Como si se tratase de una guía para entender mejor la distribución de las obras y su significado, el autor va describiendo los elementos que aparecen durante el recorrido: la escultura de cabeza ovoide, la fachada con el buzo, las armaduras, el automóvil… Explica con detalle los contenidos de la planta noble (Newton, Velázquez, Dalí, Gala) cuyo denominador común es “la inmortalidad a través de la transmisión genética y su legislación imperial”, deteniéndose especialmente en los relojes blandos de “La persistencia de la memoria”. La figura de Mae West, las derivaciones del “Angelus” de Millet, la visión daliniana de “Las tres gracias” o el recorrido por los tres pasillos circulares.

Resulta muy interesante la lectura de la interpretación que Gómez de Liaño hace de los alimentos que aparecen con frecuencia en cuadros de Dalí. El pan, la carne, la leche… y sobre todo los huevos fritos y las langostas y su relación simbólica con la muerte, el paso del tiempo, el canibalismo y las identificaciones de la pintura con la cocina y con el acto de comer (para los interesados en el tema remito a un reportaje de Julia Gómez Riesco publicado en “El País” el 29 de mayo de 1983).

  • Dalí descifrado

    Ignacio Gómez de Liaño
    Ediciones Asimétricas

Gómez de Liaño dedica un capítulo especial a los trabajos de ilustrador realizados por Dalí, fundamentalmente de los “Cantos de Maldoror” del poeta Lautréamont, pero también del “Quijote”, “La Divina Comedia”, “Fausto”, “Tristán e Isolda” y otras obras de la Literatura Universal. Una faceta poco conocida de Dalí es su actividad como escritor, que abarca una ingente producción textual de novelas, teatro, artículos y poesía (la editorial Destino recogió sus obras completas en 8 gruesos volúmenes publicados en 2004). El surrealismo pretendía entre otras cosas fundir las artes de la pintura y la literatura y provocar el abrazo de estas dos realidades lejanas entre sí. Bretón llegó a decir que algunos fragmentos de los poemas de Dalí son como resplandores de sus cuadros. Para Gómez de Liaño lo literario y lo pictórico forman dos líneas paralelas en la personalidad y en la creación artística de Dalí. El mismo pintor, en su poema en prosa “San Sebastián o la Santa Objetividad”, escribió sobre las relaciones entre poesía y pintura.

Es conocido el interés de Dalí por el sicoanálisis, las ciencias físicas, las teorías relacionadas con la bioquímica, la neurología, la energía atómica y las matemáticas (su lienzo “Corpus Hypercúbicus” fue estudiado desde esta disciplina por el matemático Thomas Benschof). Se interesó por las obras de Heisenberg, Stephen Hawking y René Thorm y trasladó a sus cuadros elementos como la holografía, la estructura de los átomos y el ADN. La parte final del libro de Gómez de Liaño se dedica a estudiar las relaciones de Dalí con la ciencia y sobre todo las influencias recibidas del Nobel español Santiago Ramón y Cajal, quien, por su parte, reivindicaba la ciencia como parte de un proceso artístico. Él mismo hizo más de 12.000 dibujos e ilustró sus obras con trabajos litográficos de una gran calidad artística y científica. Aunque Dalí nunca llegó a reconocer esta influencia (Gómez de Liaño piensa que fue por la animadversión de Cajal hacia el arte de vanguardia y la obra de autores como Picasso, Kandinsky o Max Ernst, muy apreciados por Dalí), es evidente la huella de Cajal en obras como “La mano cortada”, “El gran masturbador”, “El enigma del deseo” o “La persistencia de la memoria”, una relación que el autor de este libro analiza con detalle.

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