El PXOM a ojos de un arquitecto | Ramón Viéitez Rodríguez

Un PXOM “sobrio” en pisos protegidos que conserva “solo parte” del patrimonio

Uno de los redactores de las fichas del catálogo del Ensanche echa en falta “ordenaciones más detalladas”

Destaca la promoción de viviendas sociales en los terrenos municipales de Santa Cristina

Ramón Viéitez, en 
el castillo de San
Sebastián. // R.G.

Ramón Viéitez, en el castillo de San Sebastián. // R.G. / Borja melchor

Un documento para impulsar “pequeñas actuaciones” de vivienda protegida y conservar “parte del patrimonio industrial”, aunque de forma “insuficiente”. Es lo que contempla el nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) –pendiente de informes estatales para su aprobación definitiva– a ojos del arquitecto urbanista Ramón Viéitez, especialista en rehabilitación de edificios y regeneración urbana. Participa en la redacción de las fichas del catálogo del Ensanche de Vigo y del documento para su declaración como Bien de Interés Cultural y es fundador del Estudio de Arquitectura Arquétipos!, con el que ganó dos premios Gran de Area por la rehabilitación de dos viviendas en el Casco Vello. Deja claro que el documento “se queda en clasificar el suelo para posibilitar que las propuestas lleguen después”. “Delimita mucho y dibuja poco”, indica.

Comenta que “se echa de menos que no hayan precisado ordenaciones más detalladas”. “Es difícil hacer ciudad si no bajas a la media escala. Valoro la clasificación como suelo urbano no consolidado de los terrenos municipales de Santa Cristina para que el Concello pueda promover vivienda social, tenemos poquísima”, apostilla, a la vez que hace un llamamiento a que los responsables de la tramitación del documento sean “escrupuloso con las autorizaciones y trámites pendientes”. “Del Plan Xeral del 2008 –anulado por el Tribunal Supremo en 2015 por incumplir la Xunta el trámite de evaluación ambiental estratégica–, es una pena que se haya caído la obligatoriedad de construir el 40% de la vivienda nueva con algún tipo de protección”, manifiesta.

Destaca que “se ha hablado sobre las mejoras en el Catálogo de Bienes Protegidos debido a la inclusión de la fábrica de Álvarez o La Artística”, pero lamenta que, “en realidad, poco queda de ellos”. “También me alegra ver la nave de Frigoríficos Vigo y la fábrica de papel La Cristina, pero echo en falta Moahsa, Aucosa y otros. Sigue habiendo mucha subjetividad en este asunto, al Catálogo le falta profundidad y valentía”, resume.

Asevera que “quizás esto se entienda mejor si introducimos un concepto objetivo”. “Para construir un edificio, consumimos gran cantidad de materiales, como agua y energía. La catalogación es el único garante de que no se produzcan demoliciones totales y vaciados de edificios; esto supone un desperdicio por todos esos recursos que hemos empleado. Es la peor noticia para el medio ambiente si entendemos que los materiales son finitos. Propongo darle la vuelta a la tortilla. Pensemos que cada edificio que construimos es un elemento catalogado. En función de su mayor o menor interés, de sus necesidades particulares o de adaptación a la normativa, definamos el tipo de obras autorizables en cada uno. Acabemos con las demoliciones y vaciados integrales. Aprendamos a promover desde la rehabilitación”, reflexiona.

Al respecto del corredor verde del río Lagares que plantea el nuevo PXOM, señala que, “en parte, hemos mejorado”, puesto que “el Plan de 1991 proponía canalizarlo de Citroën a la desembocadura”: “Si vamos al detalle, vemos que el Plan define un Sistema Xeral que es muy estrecho en las zonas donde es más necesario: las industriales. También delimita muchos suelos urbanizables pegados al río: el barrio de A Ponte en Balaídos, Castreliños o A Salgueira; entre todos ellos, sumamos miles de viviendas nuevas. No parece la mejor manera de respetar un cauce ya muy saturado”. Continúa con una propuesta. “Debemos pensar cómo conjugar el eje azul del río con el verde del corredor y con los usos industriales. A esos polígonos les faltan dotaciones, calles bien urbanizadas, aceras, buenas recogidas de aguas grises y marrones y mucho arbolado”, describe.

Preguntado por más mejoras en el Plan en tramitación, vaticina que “no se va a cumplir todo lo que recoge” y menciona la necesidad de definir los corredores ecológicos e incluir el arbolado urbano en el catálogo: “Los primeros ya están presentes en todos los planeamientos modernos. La Gran Vía y Manuel Olivié generaban con su arbolado de gran porte una unión entre Coia y O Castro. Tras la tala reciente y el anuncio de la segunda fase de las escaleras mecánicas, esta funcionalidad puede desaparecer. Si convertimos nuestros parques en islas, son menos diversos y menos capaces de afrontar plagas. Esto hace que tengan menos capacidad de transformar CO2 y que nuestra salud empeore. Lo indica la Organización Mundial de la Salud. Estos corredores tienen otra doble utilidad: son lugares perfectos para incluir movilidad ciclable y peatonal y ayudan a absorber el ruido del tráfico que tanto nos molesta”.

Hay que definir los corredores ecológicos e incorporar el arbolado urbano en el catálogo

Viéitez también señala la “falta de porosidad de la infraestructura portuaria”. Sostiene que el puerto “tiene un potencial enorme para desarrollar actividades de ocio que nos permitan acercarnos al mar, mojarnos los pies en días calurosos”. “Se podría pensar en gradas o pantalanes para conectar con nuestra esencia, la ría”, formula.

Al respecto de la proyección de vivienda que contempla el Plan, casi 51.500, de las que se prevé que más de 14.000 sean de protección, anota que “las cifras no están basadas en datos científicos ni en las series del Instituto Nacional de Estadística y tienen un doble peligro”. “El primero es que dotar de excesiva edificabilidad a las urbes en zonas periféricas al centro hace que se puedan dar fenómenos de abandono en los barrios ya construidos en favor de la nueva vivienda. Estos centros desvalorizados pueden acabar en manos de fondos de inversión que normalmente plantean vivienda turística. Lo vemos en Oporto. El segundo es que esas edificaciones nuevas se proyectan en suelos donde ya hay muchísima vivienda y espacios verdes de interés. Me planteo otro modelo: sacar al mercado las más de 15.000 viviendas vacías que existen ayudando a sus propietarios a hacerlo y dedicar un tercio de las mismas a vivienda social”, concluye.

“El vial PO-010 sacrificaría viviendas y destrozaría gran parte de la biodiversidad de los ríos Eifonso y Barxa”

Sobre la necesidad de construir el vial de Beade y Bembrive, también conocido como PO-010, Viéitez indica que permitirá a Stellantis que sus transportes “recorten unos minutos el trayecto y se genere una alternativa a la VG-20”, pero, “a cambio, tendríamos que sacrificar viviendas, hacer invivibles otras por culpa del ruido y destrozar buena parte de la biodiversidad de los ríos Eifonso y Barxa”. “¿Compensa? Cada uno tendrá su respuesta. ¿Nos ha asegurado la empresa su permanencia en la ciudad? ¿Va a hacer obra social en Vigo? ¿Va a patrocinar eventos culturales o deportivos? ¿La construcción de la infraestructura va a redundar en la mejora de los salarios de los trabajadores? ¿Se van a construir viviendas nuevas a los indemnizados? ¿Se van a aislar aquellas afectadas por el ruido? Que se sepa, no, así que ya se puede adivinar mi respuesta”, analiza. Al respecto de la legalización de la urbanización de Cabo Estai en el Plan Xeral, con chalés de lujo, destaca que el documento “no tiene entre sus competencias legalizar delitos en el caso de que se hubieran cometido”. “Cada año vienen a nuestra oficina 200 nuevos clientes. ¿Cómo les diríamos que tienen que hacer sus obras con todos los permisos si después ven que otros consiguen legalizaciones “ad hoc”? Se produciría un grave efecto comparativo además de un desprestigio de nuestras instituciones”, explica.

Rehabilitar, la única vía hacia la sostenibilidad

Viéitez pone en valor que Vigo tiene “una idiosincrasia urbanística muy particular que no vemos en otros lugares”, con “un centro alargado y paralelo al mar con muchos poros ocupados por barrios de poca densidad y espacios verdes”. “La rodea una gran ciudad jardín con edificaciones con leiras. Aún no hemos tenido un PXOM que haya entendido que esto es un valor a proteger”, sostiene. Añade que “nos encaminamos a una realidad donde respetar las preexistencias y no destruir para construir son las opciones fundamentales del urbanista”: “Rehabilitar edificios y cuidar la ciudad es la única vía hacia la sostenibilidad. Vigo no es Dubái, no puede crecer sobre un desierto”.

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