El autor del crimen de Coia intentó asistir a la víctima al creer que solo estaba herido

La declaración de la madre de José Luis M.C. es clave para refrendar su versión de la defensa propia al afirmar que fue testigo de las amenazas

Recalca que solo lo quería “intimidar"

La policía con el detenido por el crimen de Coia.

La policía con el detenido por el crimen de Coia. / FdV

Dos disparos, dos armas y una única versión que deberá ser ahora validada o refutada por la Policía Nacional. La declaración de una testigo podría ser clave para esclarecer el porqué de los hechos ocurridos en la noche del pasado sábado, minutos antes de la medianoche en la Rúa de Abaixo, en Coia. El vigués José Luis M.C., de 53 años, mataba de un tiro en la cabeza a Francisco Javier B.D., de 57, cuando este acudió a su domicilio empuñando un hacha en medio de las desavenencias entre ambos por cuestiones relacionadas, presuntamente, con el menudeo de drogas. Fue la postura amenazadora de la víctima lo que llevó al investigado a coger una escopeta de su habitación y disparar al otro hombre, tras advertirle, con una primera detonación al aire, que se fuera de su vivienda.

El detenido no se encontraba solo en la casa en el momento de los hechos sino que residía con su madre, a la que cuidaba y cuya testifical será clave a la hora de probar que actuó en legítima defensa y sin intención de matar, tal y como declaró este pasado lunes ante el Juzgado de Instrucción nº 2 de Vigo, quien decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por la presunta autoría de un delito de homicidio.

Tanto defendió José Luis M.C. esta nula intencionalidad de causarle la muerte a Francisco Javier B.D. –ambos con antecedentes policiales– que, según precisaron fuentes próximas al caso, el disparo impactó en su boca, y creyendo que le haría herido en el brazo u hombro, se acercó a la víctima para comprobar que solo estaba herido, llegando incluso a moverlo.

Fue en ese momento cuando la vecina de la vivienda colindante, con conocimientos sanitarios, trató sin éxito de reanimar al hombre.

El investigado se introdujo en su domicilio, donde aguardó hasta la llegada de la Policía Nacional, que procedió a su arresto así como a la incautación de la escopeta y del hacha, que son objeto ahora de análisis por parte de los agentes.

En su declaración, aseguró que el único móvil de los disparos era el de “intimidar” a la víctima, ya que después de la primera detonación –que declaró fue de aviso–, éste “no reculó” ni se fue. Más allá de la amenaza verbal, no llegó a haber un contacto físico entre ambos, al menos el día de los hechos.

Proveedor de droga

El detenido declaró que el conflicto ya venía de atrás. Afirmó que la víctima ya le había agredido en otra ocasión y que le había enviado mensajes amenazantes al teléfono móvil, concretamente fotos con un hacha, con la intención de intimidarlo en el marco de las diferencias que relató que tenían en el negocio del tráfico de drogas a pequeña escala. Supuestamente, según lo manifestado por el investigado, el fallecido le proveía de sustancias estupefacientes para su posterior distribución al menudeo y había diferencias entre ambos en lo relativo a la forma de realizar las ventas.

Más allá de las pruebas testificales y las de ADN y balística a las armas incautadas, también se remitieron muestras para un análisis complementario de la autopsia al Instituto Nacional de Toxicología de Madrid de cara a emitir el informe definitivo.