La jueza investiga a un conductor acusado de embestir y arrastrar 26 metros a un ciclista

El accidente ocurrió el pasado verano en Baiona y Jacobo Ucha, excliclista profesional, sufrió quemaduras por abrasión que lo mantuvieron más de dos semanas hospitalizado

Jacobo Ucha, esta semana en Porriño

Jacobo Ucha, esta semana en Porriño / Marta G. Brea

Marta Fontán

Marta Fontán

Un grave accidente de circulación ocurrido el pasado verano en Baiona en el que la víctima fue el exciclista profesional y actual director técnico en la Federación Gallega de Ciclismo, Jacobo Ucha, centra un procedimiento abierto por el Juzgado de Instrucción 6 de Vigo. La magistrada incoó diligencias por la presunta comisión de un delito de lesiones por parte del automovilista que arrolló al deportista, H.P.G., un vigués de 20 años que iba al volante de un Hyundai Atos Prime con el que, según concluyó el atestado policial, “embistió” al ciclista y lo arrastró “durante una distancia aproximada de 26 metros”. El herido sufrió lesiones graves, concretamente “extensas quemaduras por abrasión” en brazos, piernas y zona costal, que lo mantuvieron ingresado en la Unidad de Quemados del Hospital Ribera Povisa durante 17 días y que le dejaron como secuelas visibles cicatrices.

El siniestro sucedió el 29 de julio de 2023. Era una mañana de sábado y Jacobo Ucha formaba parte de un grupo de casi una quincena de ciclistas que, como solían hacer habitualmente los fines de semana, habían salido desde Porriño en dirección a Baiona, donde tenían previsto pararse en Sabarís a descansar y tomar algo antes de emprender el trayecto de vuelta. El accidente ocurrió en el casco urbano la localidad baionense. En base a la inspección ocular del lugar de los hechos, las declaraciones de los implicados y los daños que presentaban el coche y la bicicleta, entre otras circunstancias, la Policía Local de dicho municipio realizó un atestado que fue el que dio lugar, hace seis meses, a la apertura de la causa judicial en la que junto a la Fiscalía y la acusación particular en representación del herido, está personada como acusación popular la Fundación Ado Moure Pro Deporte. También quiere personarse la Federación Gallega de Ciclismo, pero la jueza lo denegó, por lo que la inadmisión ha sido recurrida.

Adelantamientos

El día del accidente había mucha congestión de tráfico en Baiona. Los vehículos circulaban lentos, casi en caravana, en la dirección en la que iban el coche y los ciclistas. Ucha y dos jóvenes que iban más adelantados que sus compañeros adelantaron por su lado izquierdo al automovilista, continuando la marcha, hasta que el conductor los rebasó también, según la acusación “de manera brusca y peligrosa sin respetar la distancia mínima de seguridad”, motivo por el que la víctima se puso a su par para recriminarle dicha maniobra.

El ciclista volvió a rebasar al turismo y fue en ese momento cuando, según el atestado de la Policía Local, el hoy investigado, que habría salido de su posición en la caravana invadiendo el carril contrario, “embistió” con su turismo a la bicicleta, provocando que tanto Ucha como la bici cayesen a la calzada y “quedasen enganchados” entre el frontal del coche y el asfalto, “arrastrando a ambos durante una distancia aproximada de unos 26 metros” hasta detenerse a la altura del 1 de la avenida de Monterreal.

Detalle de algunas quemaduras sufridas por el siniestro

Detalle de algunas quemaduras sufridas por el siniestro / Marta G. Brea

Tras aclarar que los adelantamientos y rebasamientos en dicha zona fueron hechos en “zona prohibida” para dicha maniobra, el informe policial en el que se analiza este accidente concluye que “la no detención del turismo del automovilista tras la colisión, la falta de huellas de frenada, el arrastre al que sometió al ciclista y a la bicicleta y la conducción errática [...] infieren la responsabilidad del conductor [...] en el resultado de la acción descrita ya haya sido de forma imprudente o de forma dolosa”.

En la causa judicial ya declararon tanto la víctima como el conductor, este último este pasado 19 de febrero. Su versión exculpatoria es que esa mañana, tras los adelantamientos iniciales, el ciclista se puso a la altura de su ventana y le “vació” la cantimplora de agua en la cara y le insultó –hechos que por su parte niega la víctima–. Después, según la declaración que prestó en el juzgado, el deportista se le metió “delante del coche” y él no tuvo capacidad de reacción porque tenía las gafas “llenas de agua”: alegó que no invadió el carril contrario “con intención”, que no aceleró y que hizo todo lo posible “por parar el vehículo. “Intenté frenar, me quedé en shock, no fue un atropello intencionado”, se defendió.

"Me persiguió por dirección contraria, me alcanzó por detrás y siguió acelerando"

Jacobo Ucha ejerce la acusación particular en la causa judicial por el atropello. Sus abogados y los de la acusación popular recurrieron la decisión de la magistrada de abrir diligencias por un presunto delito de lesiones al considerar que la calificación debería ser la de homicidio en grado de tentativa en base a la tipificación realizada en un atestado policial ampliatorio. La jueza, sin embargo, estima que en el momento actual “no constan indicios suficientes” para imputar el delito reclamado “sin perjuicio” de que la calificación pueda variar en función de lo que depare la instrucción.

De 30 años, este ciclista porriñés relata que está pendiente de ser examinado por los médicos forenses para que valoren las lesiones y secuelas. “El conductor me arrastró por el asfalto y sufrí quemaduras de segundo grado, sobre todo en brazos y piernas pero también en el costado, por las que estuve 17 días hospitalizado; el proceso fue muy doloroso, pero afortunadamente no necesité injertos”, cuenta Ucha, que aunque dejó el mundo de la competición sigue vinculado laboralmente al ciclismo como entrenador y en la dirección técnica de la federación gallega. Sobre lo ocurrido el 29 de julio cuenta que se puso a la par que el conductor para recriminarle, “de forma tranquila”, un adelantamiento “peligroso” que acababa de hacer cuando él pedaleaba próximo a dos chicos jóvenes del grupo. “Me puse en paralelo, miro para mí y ya giró el volante para querer tirarme; como había caravana en nuestro carril, yo escapé en dirección contraria y él me persiguió, me impactó en la rueda de atrás y me tiró; y después fue acelerando y llevándome arrastrado con la defensa”, resume.

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