Sangre en la habitación y un hedor putrefacto: el terrible rastro que delató a O Chioleiro

Los restos en el colchón y en otros lugares del dormitorio sitúan el asesinato en la pensión de Fragoso, a donde el 28 de septiembre, hace cinco meses, llegó a ir la Policía Local por quejas del mal olor

El piso donde se alojaron O Chioleiro y la víctima está en la quinta planta del 83 de Fragoso

El piso donde se alojaron O Chioleiro y la víctima está en la quinta planta del 83 de Fragoso / José Lores

M. F.

“Era horroroso, horroroso. Olía a putrefacto en el edificio y en la calle. Aquello no se iba ni con lejía, ni con amoníaco ni con nada de nada”. En los últimos días del verano del pasado año los vecinos del 83 de la avenida de Fragoso de Vigo estaban desesperados.

Un intenso hedor lo inundaba todo. Un líquido amarronado o amarillento oscuro caía por la fachada desde la quinta planta. “No se paraba ni en la acera”. Tras diez días soportando aquello, el 28 de septiembre, debido a las quejas, se personó la Policía Local.

Aquella tarde de jueves el Celta jugó contra el Alavés en el cercano estadio de Balaídos y una patrulla de agentes se pasó una vez finalizó aquel encuentro que congregó a casi 17.000 espectadores. Los agentes hablaron con la dueña del piso de la que surgía la mancha, una vivienda con un continuo trasiego de inquilinos al estar dedicada al alquiler de habitaciones.

Los vecinos alertaron el septiembre a la Policía por el mal olor que desprendía el piso

La mujer les dijo que alguien habría tirado heces desde la galería y se comprometió a limpiar aquello. El olor aún se mantuvo entre una semana y dos más, pero cada vez fue a menos y acabó desapareciendo.

La cosa quedó así, como una conducta incívica, y se acabó olvidando. Hasta este pasado 22 de febrero, cuando a apenas 300 metros de allí, en un solar con vegetación en la calle Espedrigada, se halló una maleta con el cuerpo de una mujer dentro.

Con el paso de los días, a medida que se fue sabiendo que el cadáver llevaba allí encajonado entre seis y ocho meses, en la zona se recordó aquel hedor sufrido durante más de tres semanas. Y recordando y recordando la memoria se les habría ido también a aquella pareja mayor de escasos recursos que había estado en la misma época en ese piso que funcionaba como pensión. A la mujer morena, demacrada y de andar encorvado a la que no volvieron a ver pasados unos días y al hombre alto, con gorra y muleta que siguió allí alojado sin ella. ¿Y si tenía algo que ver? Por si las moscas, se dio la alerta a la Policía Nacional.

El pálpito fue bueno. Nada más arrancar esta semana, cuando solo habían transcurrido cuatro días desde el hallazgo del cadáver e ignorándose aún la identidad de esa mujer de la maleta que presentaba una puñalada en el corazón, los agentes empezaron a tirar del hilo. Y al comprobar seguramente con asombro y estupor la identidad del inquilino que había estado en el piso con aquella mujer desaparecida sin dejar rastro supieron que iban por el camino correcto.

Era José Manuel Durán González, el histórico asesino de A Lama que en 1988 cosió a puñaladas a su abuela, clavándole el cuchillo incluso en los ojos, y que en 2004 asestó dos puñaladas a su amiga Alicia Rey. Todo apuntaba a que había vuelto a actuar y con el mismo modus operandi: usando de nuevo un arma blanca para acabar con la vida de otra mujer con la que todo apunta tenía algún tipo de relación sentimental.

O Chioleiro ya no estaba desde hacía meses en el piso de Fragoso. Pero los agentes averiguaron que seguía por Vigo y comenzaron a vigilarlo. Y, sin dilación, el martes registraron el piso de Fragoso. Y allí hallaron sangre en un colchón y al parecer también en otros puntos de la habitación.

Los indicios apuntaban a que el crimen se habría cometido allí y que el cadáver permaneció el tiempo suficiente como para impregnar de un horrible olor el edificio. Aunque la vecina que vive justo al lado de donde apareció la maleta en Espedrigada la sitúa allí desde agosto, ese hedor y la fecha en la que se fue de la pensión O Chioleiro, aparentemente en septiembre, podría apuntar a que fue abandonada dicho mes, si bien el absoluto mutismo que pesa sobre las pesquisas impiden conocer este dato.

Huellas dactilares

Con la investigación ya armada, solo faltaba conocer fehacientemente la identidad de la víctima, algo que se estaba intentando con la regeneración de su huellas dactilares o con el ADN dado el avanzado estado de descomposición del cuerpo.

Si la mujer de la maleta era la que se había alojado con este histórico criminal en Fragoso, estarían ante el tercer y espantoso homicidio de su historial delictivo. Pero los agentes tuvieron que detener a Durán González antes de lo planeado.

Sabiéndose acorralado, el jueves por la mañana el hombre huyó de Vigo en un autocar en dirección a Pontevedra. Ante el riesgo de perderle la pista, los efectivos policiales lo arrestaron sin dilación en la misma estación de autobuses de la capital provincial. Y poco después se supo por fin la identidad de la víctima, que la mujer era la que efectivamente había estado en la pensión. El viernes, tras solo un año en libertad, O Chioleiro regresó a prisión.

"No sabíamos que ese hombre era el mounstruo que es"

"Uf, estamos sobrecogidos”. Una vecina de la zona de Fragoso donde está el piso de alquiler de habitaciones donde José Manuel Durán González se alojó con la víctima del crimen de la maleta todavía se estremece al pensar que durante tres meses tuvieron en el barrio a un asesino que, junto a ser condenado por dos atroces crímenes que dejaron atemorizado a todo el municipio de A Lama, suma en su historial denuncias por violación o por amenazas brutales. 

O Chioleiro mató por primera vez con 30 años de edad, lo volvió a hacer con 47 y acaba de ser detenido por su tercer crimen siendo ya sexagenario. Hacía solo un año que había salido de prisión y tenía prohibido judicialmente regresar al municipio de A Lama. Durante los primeros meses en libertad se quejó de que debía vivir “bajo un puente” porque nadie le daba alojamiento ni trabajo. Pero en el piso de Fragoso su identidad no levantó sospechas a la casera, una mujer mayor que ayer no quiso hablar sobre este caso: “Yo no vivo aquí, nada puedo decir, pero no me imaginaba quién era ese hombre, fue un palo muy duro”. 

Comparecencias procesales de José Manuel Durán, O Chioleiro, desde el crimen de su abuela en 1988

O Chioleiro en 2005 / FDV

Quienes se cruzaron con él en la época en que estuvo en la pensión lo recuerdan como un hombre alto y mayor que iba con gorra y muleta. Cojeaba. Nadie sospechó, ni por asomo, que ese nuevo vecino era un histórico criminal. “Era muy, muy, muy amable. Se hizo con el barrio en dos minutos, se lo ganó”, afirmaba ayer una mujer. “La típica persona que se ofrecía para ayudarte con las bolsas”, ejemplifica.

Otra vecina recuerda como alguna vez le abrió el portal del edificio facilitándole el paso. O Chioleiro tomaba café en bares de la zona y salía a pasear. “Se veía que carecía de recursos económicos y que tenía otras carencias, pero era sociable y charlatán”, relatan también.

Hoy se celebrará un acto en repulsa al crimen a las 18:30 horas en Porta do Sol

¿Y su actual apariencia física? “Es igual, pero ya avejentado, a esta foto”, afirman, mostrando una de las que le hicieron en enero de 2005, cuando, poco antes de ser detenido por el crimen de Alicia Rey, llegó a hacer declaraciones públicas ante los periodistas declarándose inocente. 

Un caso que apunta a violencia de género

Con el presunto asesino ya en prisión y con la identidad de la víctima también sobre la mesa, todo apunta a que este caso que recayó en el Juzgado de Instrucción 4 de Vigo se considerará violencia de género, lo que conllevaría que el juzgado finalmente competente sería el de Violencia sobre la Mujer.

A la espera de los próximos pasos y de que se levante el secreto sumarial, es probable que se haga una reconstrucción del homicidio en la pensión de Fragoso y en el cercano lugar donde se abandonó la maleta.

El crimen ha conmocionado a la ciudad. Hoy a las 18.30, convocada por Feminismo Unitario Vigo, hay una concentración de repulsa en la Porta do Sol. Y desde Os Ninguéns pidieron ayer más protección para las mujeres que, como la víctima de este terrible caso, están en riesgo de exclusión social.

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