“Al comité de Vitrasa se le ha ido de las manos la huelga; algunos estamos con ansiedad y acosados”

María Nieves Álvarez es la chófer que denunció daños en su coche en represalia por no secundar el paro: “Nos hacen daño a todos”

María Nieves Álvarez, chófer de la línea C1, tras denunciar  daños en su vehículo personal.

María Nieves Álvarez, chófer de la línea C1, tras denunciar daños en su vehículo personal. / Cedida

Estudiantes que no llegan a sus clases, empleados que no saben si estarán a la hora en sus trabajos, ancianos a la espera de llegar a sus citas médicas... La casuística de usuarios del autobús urbano que se han quedado tirados por la huelga de Vitrasa es innumerable. Tras más de un año de paros parciales y cuatro meses de huelga indefinida son muchos los empleados de la concesionaria que han dicho basta, convirtiéndose también en víctimas del conflicto.

Una de ellas es María Nieves Álvarez Garrido, chófer de la línea C1 desde hace ya tiempo. La gota que colmó el vaso de su paciencia llegó esta pasada semana, cuando su coche apareció con las cuatro ruedas pinchadas en represalia –denuncia– por no secundar esta huelga. “Hemos hecho oídos sordos a muchos problemas verbales por no secundar la huelga, nos insultan cuando llegamos a la base, nos llaman payasa, nos abuchean... pero llegó lo del coche y dije basta. Yo respeto la huelga pero somos muchos los que no estamos de acuerdo”, lamenta esta conductora.

El vehículo dañado de María.

El vehículo dañado de María. / e. villanueva

Reconoce que al inicio del conflicto sí estaba de acuerdo y conforme con secundar los paros, pero con el paso del tiempo el discurso del comité de empresa se ha alejado de las pretensiones iniciales. “El convenio sí necesita mejorar, es una realidad, pero ellos, que no dejan de ser entre 20 o 25 trabajadoras, piden demasiadas cosas, y muchas ajenas a este convenio. Nos hemos metido en un nudo que no sé si vamos a dar salido. Lo que sí sé es que los platos los pagan los vecinos, la ciudad y también nosotros. Hay muchos compañeros sin cobrar y no se pueden poner de parte de la empresa porque están coaccionados, desesperados”, lamenta María Nieves Álvarez, quien añade además que, al igual que ella, muchos compañeros que acuden en sus vehículos particulares a trabajar estacionan lejos de la entrada de la compañía para no tener problemas con el comité.

Acoso laboral

Sostiene que este “bloqueo” entre el comité de empresa y la dirección de Vitrasa ha provocado muchas bajas entre los trabajadores. “Hay muchas bajas por culpa de estar en medio; hay muchos compañeros que no pueden llegar a casa con una nómina de 0 euros. Y enfrentarse a ellos [el comité] no pueden porque entras en ansiedad, depresión, te sientes acosado. En verdad estamos ante un acoso laboral. Al comité se le fue de las manos, al final cada vez son más los compañeros que vuelven al trabajo y acabaremos agarrándonos a lo que nos ofrece la empresa porque no se ha buscado una negociación sino una guerra”, amplía la chófer de Vitrasa.

Incendio de dos autobuses

En su caso, María Nieves decidió “dar la cara” por ella y por muchos de sus compañeros tras los daños en su vehículo y habla también de las consecuencias penales que podría acarrear esta huelga para otra trabajadora y su pareja, investigados por el incendio de dos autobuses. “Muchos han llegado a perder el norte por el conflicto. Porque no llevan dinero en sus nóminas o muy poco y al final cada casa es un mundo. No podemos seguir tanto tiempo en huelga, dañas a la empresa, a los viajeros y tú te vas a llevar la peor parte”, cuenta la operaria de la concesionaria, que reconocen que durante muchos trayectos, los propios usuarios le han contando cómo les está afectando a sus trabajos y horarios la puesta en marcha de servicios mínimos o incluso que alguno, ha tenido que “comprar un vehículo propio para poder desplazarse al no poder estar tanto tiempo sin el servicio de autobús”.

La chófer aprovechó también para mandar un mensaje de “humildad” al comité en relación con su decisión de continuar con la huelga. “Las cosas o se hacen así, de esta manera no se puede seguir. Las negociaciones hay que hacerlas poco a poco para que se llegue a desconvocar. De forma indirecta no se dan cuenta de que juegan con nosotros, y no se dan cuenta porque tiran de orgullo. Pero de forma indirecta están lastimando a muchísimas familias de compañeros”, sentencia.

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