Entrevista | Andrés Íñiguez Romo Jefe de Cardiología del Chuvi y presidente de la Fundación Española del Corazón

“Estamos implicados en más de treinta ensayos internacionales”

El servicio organiza la V edición del Simposio Innova-Vigo, que superó el millar de inscripciones el año pasado

El doctor Andrés Íñiguez Romo.

El doctor Andrés Íñiguez Romo. / FdV

El Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) tiene una “plantilla importante”, con más de 170 profesionales, que llevan a cabo una enorme actividad asistencial. El año pasado, atendieron casi 30.000 consultas, hicieron más 1.500 intervenciones coronarias, 400 estructurales –de cambio de válvulas–, pusieron medio millar de marcapasos y llevaron a cabo más de 400 ablaciones. Pero siempre ha reservado un espacio destacado a la investigación y la divulgación. En esta línea, del 19 al 22 de febrero, organiza la quinta edición del Simposio Innova-Vigo, junto a la Fundación Biomédica Galicia Sur (FBGS) y la Fundación Interhospitalaria de Investigación Cardiovascular (FIC). El año pasado rebasaron el millar de inscritos.

–Es ya la quinta edición de este simposio. ¿Qué balance hace?

–La idea era hacer algo diferente en cuanto a organización, transcendiendo lo presencial, y hacer algo innovador para hablar de innovación. Lo hacemos mixto: presencial y virtual por la capacidad de difundirlo a otros entornos. Lo iniciamos para poner en valor una línea de trabajo de nuestro servicio, que es la de la investigación y estamos metidos en la vanguardia de la innovación en cada una de nuestras áreas asistenciales. Es de tarde, para no colisionar con la asistencia, y cada una está dividida en dos bloques en función de las áreas de conocimiento.

–¿Algún ponente destacado?

–Cada módulo tendrá tres ponentes del servicio y una persona de fuera, para que nos enriquezca con su experiencia. Estarán moderados por Víctor Jiménez, coordinador de la unidad de investigación, el responsable de cada unidad de conocimiento y yo, como jefe de servicio.

–Una de las cuestiones que abordan son los avances en el conocimiento. ¿Por dónde está progresando más la Cardiología hoy?

–Creo que es la única especialidad en la que hemos conseguido unir el cuerpo de conocimiento con el avance tecnológico en nuestras manos. Esa fusión es lo que ha permitido un crecimiento exponencial. Por ejemplo, las imágenes avanzadas. El hecho de que hayamos cogido el TAC y la resonancia para usos cardiovasculares ha significado una revolución. Especialmente, con la introducción del intervencionismo estructural: poner las válvulas por vía percutánea o los cierres de orejuela...Pero también en las ablaciones de las arritmias. Farmacológicamente también ha habido innovaciones muy importantes: desde medicamentos anticolesterol a otros para la insuficiencia cardíaca. O en los modelo de organización como los planes funcionales en red asistencial o los protocolos de corta estancia para determinadas patologías. Cada área de conocimiento ha avanzado.

–La Unidad de Imagen Cardíaca Avanzada, en la que trabajan de forma conjunta con los radiólogos, ¿que resultados está dando?

–Lleva dos años y medio y los resultados son brutales. Hemos pasado de tener mucha lista de espera y mucha dificultad para hacer TAC o resonancias por patologías cardiovasculares a no tener ninguna. Antes no teníamos máquinas suficiente para atender toda la demanda del hospital. Conseguir dotaciones específicas te da más capacidad y puedes ofrecer unos servicios que sin ella no podríamos. Hemos pasado de tener limitaciones en el número y lista de espera a no tener nada de esto. El año pasado se hicieron más de 2.000 TAC y unas 900 resonancias, a pesar de que hubo un parón para compartir con otros servicios por la renovación de otras máquinas. Es clave poder atender sobre la marcha.

–En el programa del simposio también hablan de “innovaciones con verdadero valor añadido”. ¿Alguna que se haya incorporado recientemente al Cunqueiro?

–Toda innovación que no tenga un valor añadido no es verdadera innovación y es nuestra responsabilidad aportarla. Se mide po

rque mejora la supervivencia o la calidad de vida de los pacientes.

Hay un subrogado intermedio que es la eficiencia. Se han introducido nuevos fármacos en insuficiencia cardíaca. A nivel de arritmología, la electroporación, un sistema nuevo de ablación más efectivo y con menos complicaciones. En intervencionismo, innovación en el implante de prótesis percutaneas en posición mitral y tricúspide, que no están a la venta en este momento porque están en periodos de investigación.

–El tercer ámbito que abordan son los proyectos de gran impacto en investigación.

–Tenemos, probablemente, el servicio que participa en más proyectos. Estamos implicados en más de 30 ensayos internacionales. Pero no solo eso. Tenemos un área de investigación básica en la que hay físicos, matemáticos e ingenieros de telecomunicaciones, en colaboración con la Universidad, estudiando, por ejemplo, el comportamiento de las válvulas percutáneas y su relación con la durabilidad, porque su mayor limitación es predecir si duran 8 años 10 o 4. Hacemos modelos predictivos

para ver si hay variables que pudiéramos controlar en su fabricación. –Entonces también tienen un vínculo con la industria.

–Sí.

Son acuerdos en los cuales está el hospital, la FBGS y la Universidad. Los frutos son publicaciones y que las casas comerciales las puedan utilizar en sus desarrollos.–¿Cómo va la ampliación de rehabilitación cardíaca?

–Llevamos casi tres años pendientes de que se ejecute la obra y no ha empezado. Es una necesidad asistencial. No podemos atender a todos. Seleccionamos a los de más riesgo.

–¿Algún otro ámbito en el que quieran crecer?

–De tecnología estamos muy bien dotados. Quizás serían necesarios espacios adicionales para el área de investigación. Salvo cosas puntuales, lo que me gustaría es que se nos facilitase la introducción de innovación verdadera. Hasta ahora se nos ha apoyado.

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