Las 1.500 llamadas que pusieron a prueba al 091

El CIMACC de la comisaría de Vigo atiende las emergencias de toda la provincia

El fatídico domingo de los incendios de 2017 es la fecha que tienen más marcada: no volvieron a enfrentarse a nada semejante

Nos adentramos en el CIMACC de Vigo

Pedro Fernández

Marta Fontán

Marta Fontán

Las antiguas salas del 091 de la Policía Nacional se transformaron en lo que hoy se conocen como centros inteligentes de mando, comunicación y control. Son las denominadas salas CIMACC y en la comisaría de Vigo se ubica una de ellas, la que desde estas instalaciones de la calle Álvaro Cunqueiro atiende y canaliza las emergencias de la ciudad olívica y Redondela, pero también las del resto de territorios de la provincia pontevedresa que igualmente son competencia de la Policía Nacional: Pontevedra, Marín y Vilagarcía de Arousa. Con una media de 300 llamadas diarias que en todo un año superan las 70.000, ahí saben, con permiso de los días tranquilos, lo que es trabajar bajo presión. De esas jornadas que se acabaron convirtiendo en complicadas hay fechas que les quedaron marcadas, pero ninguna como la del fatídico domingo de octubre de los incendios de 2017. Desde entonces, y ya han pasado más de seis años, no se han tenido que volver a enfrentar a nada semejante, a una labor de atención telefónica y coordinación de medios como la de aquel eterno día en el que las llamas asolaron Vigo y su entorno: “Para hacerse una idea, en solo dos horas y media recibimos 1.500 llamadas; y eso sin contar las que se perdieron porque intentaban contactar cuando todas las líneas –el servicio tiene seis disponibles– estaban ocupadas”.

Y es que, como bien reconoce el inspector Luis Rial, jefe del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC)-CIMACC 091 de la comisaría de Vigo, “en cualquier momento” puede pasar algo que ponga a prueba la eficacia policial. Un día tranquilo puede torcerse a las primeras de cambio. Aquellos incendios de octubre de 2017 obligaron a hacer frente a algo “del todo excepcional”. “Ese día se llegaron a sacar 100 indicativos [patrullas policiales] solo en Vigo-Redondela; y todo fue coordinado desde aquí y trabajando conjuntamente con 112, 061, bomberos...”, afirma para poner en valor la labor que se realiza desde la sala CIMACC, que FARO ha tenido la oportunidad de visitar esta semana, el miércoles 3 de enero. Al contrario que aquel domingo que Rial y su equipo tienen aún marcado a fuego, el reportaje periodístico coincidió con una jornada en la que reinó la calma: con la agenda marcada por el plan policial de comercio seguro de la campaña navideña y el partido que enfrentó al Celta con el Betis en Balaídos, las llamadas recibidas en 24 horas ni siquiera llegaron a la media habitual diaria, se quedaron en 250, de las cuales prácticamente la mitad, en la línea de lo habitual, nada tenían que ver con delitos ni emergencias, sino que eran para requerir algún tipo de información. Lo que sí tuvieron que coordinar en colaboración con el grupo UFAM fue la protección a una víctima de violencia de género que acababa de pasar de riesgo alto a extremo, lo que policialmente supone garantizar su seguridad las 24 horas del día.

Séneca, un gran aliado

¿Y cómo se trabaja en esta sala? Junto a los tradicionales medios humanos, es decir, los policías nacionales que atienden las llamadas telefónicas, los avances tecnológicos han revolucionado sin duda el servicio. Luis Rial lo resume. “En el CIMACC recibimos llamadas tanto de ciudadanos que contactan directamente con el 091 como de quienes lo hacen a través del 112 Galicia [servicio con el que están técnicamente integrados desde el verano de 2021], quedando dicha alerta y todo su devenir perfectamente reflejado en la aplicación Séneca”, arranca. Esta aplicación informática tiene un papel clave, porque de forma automática, en cuando se descuelga el teléfono, el sistema abre “un suceso” y despliega toda una serie de datos que ya dan información valiosa al operador, que a su vez puede complementar, si es necesario, con la que podría recabar en las bases de datos policiales. Y si efectivamente la emergencia lo requiere, se movilizan los medios, policiales o de otros servicios, “quedando todo perfectamente recogido” , lo que permitirá su uso, en caso de ser preciso, en futuros informes que se requieran en el ámbito policial o judicial.

En la sala –que trabaja también con otra aplicación que regula todo lo relativo a la telefonía y comunicaciones de radio– defienden la centralización que se ha hecho del servicio en Vigo para todo el ámbito de la provincia de Pontevedra competencia de este cuerpo policial. Antes cada comisaría tenía su propia sala del 091. ¿Y puede un policía desde Vigo guiar por ejemplo a un agente de Vilagarcía a una emergencia en un punto indeterminado en medio de un monte de dicha localidad arousana? El policía nacional Marcos Caínzos pone el acento en el sistema de cartografía de Séneca. “Permite localizar cualquier sitio del territorio nacional”, afirma. Y, junto a otras alternativas, el propio teléfono móvil desde el que se recibe la alerta es una pista para que, esté donde esté la persona que pida auxilio o avise de un delito, la ayuda llegue lo antes posible.

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Hay un dato que llama la atención. Y ese es que casi el 50% de las llamadas que se reciben a diario en la sala CIMACC de Vigo son para pedir información. “Desde quien contacta para preguntar el teléfono de Hacienda hasta el que lo hace para consultar qué trámites se necesitan para obtener el DNI”, ejemplifican. Un proceder que no es adecuado. “La gente debe concienciarse de que el teléfono del 091 no es para requerir información, para eso hay otros medios; es, al contrario, un teléfono para avisar de emergencias, de delitos o, si es el caso, para proporcionar alguna información que pueda tener interés policial”, enfatizan. Los momentos de mayor actividad en esta sala son las tardes y los fines de semana.

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