Revés del TSXG a la Sareb en la Privada Moderna: debe rehabilitar las viviendas

Desestima el recurso contra 7 órdenes de ejecución de obras de conservación de hace más de 6 años

Los vecinos urgen de nuevo al Concello que actúe de forma subsidiaria

Carmen Guntín, en su cuarto con los muebles protegidos con plásticos por las goteras.

Carmen Guntín, en su cuarto con los muebles protegidos con plásticos por las goteras. / Javier Teniente

Buenas noticias para los vecinos de la Privada Moderna. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) desestimó el recurso de apelación de la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), propietaria de sus viviendas, contra las resoluciones dictadas en octubre de 2017 por la Xerencia Municipal de Urbanismo para que ejecute obras de conservación. El fallo no es firme: cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo o ante la sala especial de casación del TSXG. En todo caso, fuentes del “banco malo” avanzaron a FARO sin conocer el contenido de la resolución judicial que “acatará lo que dicte la Justicia”.

Semanas antes de que el Gobierno de España anunciase la derivación de pisos de la Sareb al alquiler social, el 'banco malo', participado mayoritariamente por el Estado, recurrió la sentencia del juzgado de lo contencioso número 1 de Vigo del 7 de febrero de este año que les da la razón al Concello y los vecinos de la calle Privada Moderna al desestimar su recurso contra siete órdenes de ejecución del 20 de octubre de 2017, hace más de seis años.

En estos escritos, seguidos después de multas coercitivas derivadas de incumplimientos, el departamento municipal instó a la entidad, propietaria de las viviendas, a que ejecute obras –algunas son de carácter urgente– de conservación en las cubiertas para impedir la filtración de agua y la aparición de humedades, de reparación o renovación de redes de fontanería y saneamiento, y de reparación o reposición de elementos dañados en portales y escaleras, como falsos techos.

La Sareb impugnó las órdenes de ejecución del Concello pretendiendo defender que las viviendas se encuentran en situación de ruina económica, circunstancia que rechazó el ente municipal –solo fue declarado en ruina técnica uno de los pisos en marzo de 2021, el 107-D de la calle San Roque–. La primera sentencia también concreta que la Sareb excusó que, para llevar a cabo esos trabajos, se precisaba el desalojo de los inquilinos, afirmación desmentida en resoluciones definitivas dictadas en los expedientes municipales de orden de ejecución de obras.

El TSXG apoya la sentencia de febrero, que indica que en ninguno de los informes técnicos municipales emitidos en estos expedientes revisados se alcanzó la conclusión de que el coste de ejecución de las obras urgentes y las acciones para reforzar la seguridad y conservación de las edificaciones excediera la mitad del valor de construcción de un inmueble de nueva planta, referencia que toma como tope la ley del suelo de Galicia y refleja en el apartado segundo del artículo 135.

Apostillaba el juez de primera instancia que “no extraña a la lógica” considerar que no remediar las patologías detectadas iba a “contribuir decisivamente al deterioro de la estructura y elementos fundamentales de la edificación”, así como al “incremento de los costes de reparación”, situación de la que responsabiliza a la propietaria, es decir, la Sareb. Conclusión similar redacta el TSXG: “No puede operar a favor de la propietaria el empeoramiento del estado de las edificaciones, tan solo a ella imputable”.

Los vecinos, a través del abogado que representa a la mayoría de ellos, presentaron el miércoles un escrito en el Ayuntamiento para comunicar el sentido de la sentencia y solicitar la ejecución subsidiaria de las actuaciones ordenadas en 2017 por la Xerencia de Urbanismo. Los residentes desean que su casera, la Sareb, “garantice la seguridad tanto de las edificaciones como de los 12 residentes”, de entre 56 y casi 90 años.

Lamentan que el 'banco malo' no haya acatado en todos estos años las órdenes del Concello –avaladas por la Valedora do Pobo, María Dolores Fernández Galiño– y que el Ayuntamiento se haya limitado a imponer multas coercitivas “ridículas” en lugar de acometer las obras necesarias y pasarle después la factura a la Sareb. Ven más cerca la luz al final del túnel, pero reclaman soluciones urgentes a las puertas del invierno.

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Carmen Guntín, vecina octogenaria de la calle Privada Moderna, tiene que rezar varias veces antes de conocer el parte meteorológico: si llueve, su casa deja de ser su hogar. Vivió un calvario este otoño, cuando la ciudad registró más de 30 días seguidos de precipitaciones, y lo revive ahora, con el regreso de los chubascos.

“Me entró agua en la cocina y la habitación, entonces, se me empapó el colchón. Desde hace semanas, duermo en casa de una familiar”, lamenta esta residente, que exige a la Sareb que ponga las viviendas en condiciones para poder vivir tranquila.

Los vecinos insisten en que la intención de la Sareb es echarlos de sus hogares, en los que guardan las memorias de toda una vida, para poner los 42 pisos actuales en el mercado y sacar una rentabilidad mayor frente a las rentas antiguas –muy bajas– que abonan.

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