“Ir al teatro en Ucrania es un hecho de reafirmación social”

Ignacio García vuelca en la puesta en escena de “Il Trovatore”, el domingo en Vigo, reflexiones de sus proyectos musicales en Kiev

Ignacio García, ante el
 monasterio de San MIguel,
en Kiev, con tanques rusos
 quemados delante. 
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Ignacio García, ante el monasterio de San MIguel, en Kiev, con tanques rusos quemados delante. | // CEDIDA / A. Blasco

Ignacio García, ganador del premio al mejor director de la Asociación de Directores de Escena de España en 2021, director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro hasta el año pasado y adjunto a la Dirección Artística del Teatro Español de Madrid, no cree que pueda volver a ver este arte de la misma manera tras su paso por Ucrania. Allí, en el Teatro Nacional Lesya Ukrainka, de la mano de la embajada española, estrenó el pasado 30 de septiembre “La vida es sueño” y prepara para diciembre una gala de zarzuela. Esa reflexión inevitable que hace ahora sobre el valor de la culura en un mundo “cada vez más crispado y tensionado” también espera volcarla en el espectáculo que prepara estos días en Vigo: una versión semiescenificada de “Il Trovatore”, de Giuseppe Verdi, con la que el domingo –19 horas en el Teatro Afundación– arranca el Otoño Lírico 2023 de la Asociación de Amigos de la Ópera de Vigo.

Este director de escena, que ya lleva una decena de producciones en la ciudad con AAOV, confiesa que aún tiene “muy a flor de piel” lo vivido en Kiev, porque fue “muy poderoso, emotivo, duro, difícil, fascinante...” En un país en guerra en el que “el propio hecho de juntarse en un teatro es una reafirmación social”, cuenta que esta obra de Calderón de la Barca adquiere una “significación enorme”. “Habla de libertad, de dignidad, de opresión, de ocupación”, recuerda.

En este montaje, ocho jóvenes actores ucranianos y otro consagrado, con una escenografía y un vestuario muy sencillos –“sería absurdo destinar un dineral cuando tienen otras cosas prioritarias”–, interpretan el texto de Calderón con incisos cuando alude a temas como la libertad, la guerra o el poder. “Entonces, ellos se dirigen al público y dicen qué es la libertad hoy en Ucrania, qué es la guerra...”, detalla Ignacio y añade que “se nota que el público recibe lo que dice Calderón como una arenga completamente contemporánea”. “Decir que no les van a parar su vida cultural y que ellos van a seguir contándose historias unos a otros y reflexionando sobre estos temas, tiene una fuerza impresionante”, aplaude.

En las tres estancias de Ignacio en Kiev en el último año, “afortunadamente”, la guerra ha supuesto más “una incomodidad que un riesgo”, con cortes de electricidad –en 2022–, el sonido de alarmas o las 20 horas de tren desde Varsovia debido a un espacio aéreo está cerrado. Uno de los ensayos interrumpidos por las sirenas fue el primero en el Kyiv National Academic Operetta’s Theatre, a donde quieren llevar “ánimo, sol, luz y alegría” con la gala de zarzuela. Refugiados en la estación de metro más cercana, ensayó con la cantante que va a interpretar “La del manojo de rosas”. “Me acordé de que esta obra, que se estrenó en el 34, se representaba en el 36 en Madrid y la gente bajaba también al metro a refugiarse”, destaca.

En el estreno de “La vida es sueño”, las alarmas no sonaron. Pero no es raro que pase. “Una aplicación avisa cuando el peligro ha pasado, la gente vuelve y se retoma la función”, detalla y agrega: “Es un ejercicio de fortaleza y de convicción de que la cultura es una parte importante de su vida; tenemos mucho que aprender”.

Relata que, la semana pasada, los parques y restaurantes estaban “a rebosar” en Kiev –la zona “más protegida” del país– “y a veces es difícil creer que estás en un país en guerra”. Pero las conversaciones le devuelven a la realidad. “Es lo más peliagudo, que un joven de 22 años te cuente que un día iba a la Universidad y que al día siguiente estaba tirando cócteles molotov o la gente que han perdido”, señala. La guerra “lo tiñe todo” y se hace presente en las calles con “muchos mutilados” y publicidad belicista. Entre las fotos de los actores de la plantilla del teatro, uno viste uniforme militar. Está en el frente de batalla y vuelve para actuar cuando tiene días libres. Uno de los brindis tras el estreno de la obra de Calderón fue para los soldados que les defienden y “les permiten hacer teatro”.

García aplaude la iniciativa de la embajada española de apoyar al pueblo Ucraniano también desde la cultura. “Quieren que no les dejemos solos y que entendamos sus motivos”, resalta. Para este director de escena, la tragedia del teatro de Mariúpol es una metáfora perfecta de dos visiones del mundo que se están reproduciendo en todas partes: la de aquellos que entienden la cultura como un refugio y la de los que ven en él una amenaza a exterminar.

Ópera en Vigo

“Por eso es tan importante tener conciencia del valor de arte y hacerlo de manera virtuosa. Eso es lo que estoy haciendo en Vigo: tanto la belleza de la obra como el espacio de convivencia que generamos que sea ejemplar y con un sentido profundo”, defiende.

Él es el encargado de la puesta en escena de “Il Trovatore”, del “convencido antibelicista” Verdi, para este domingo. Lo hará con una ambientación a base de proyecciones de Alejandro Contreras y cierto dinamismo en el movimiento de los intérpretes. Destaca el “asombroso” reparto, con una calidad vocal y musical “excepcional” y anima al público a no dejar pasar esta oportunidad.

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